"Hechizo de Alirio"

**La Mujer de Judas: Reencarnación** En la inquietante prisión de San Gabriel, una víspera de tormenta, se encontraba Alirio Aguero del Toro, desfigurado y lleno de amargura, planeando su escape final no tanto de su celda física, sino de su cuerpo arruinado. Había pasado años viviendo en sombras, anhelando el amor inalcanzable de Natalia, la única mujer que alguna vez había amado, mientras Salomón Salvatierra, su enemigo y la razón de su encarcelamiento, disfrutaba de una vida que él consideraba suyas. Alirio, desesperado y con el rostro lleno de cicatrices provocadas por el último enfrentamiento con sus enemigos, descubrió un antiguo grimorio en la biblioteca de la prisión, con rituales oscuros que prometían lo imposible: la transferencia de almas. Su determinación lo llevó a realizar el complejo hechizo, ayudado por sus fieles seguidores. La noche del ritual, Alirio preparó todos los elementos místicos necesarios y, con un último suspiro, comenzó a recitar los versículos arcanos. La celda se llenó de una luz siniestra y un viento gélido. A medida que el hechizo avanzaba, sentía como su esencia abandonaba su maltrecho cuerpo y se adentraba en Salomón, quien en esos momentos disfrutaba de la compañía de Natalia, ajeno al peligro que lo acechaba. Al despertar en el cuerpo de Salomón, Alirio—ahora con la identidad de Salvador Salvatierra—sintió una mezcla de triunfo y alivio. Estaba libre y, más importante aún, estaba con Natalia. Sin perder tiempo, ordenó a sus hombres, quienes seguían fieles a su causa desde el exterior, que eliminaran a su antiguo cuerpo, ahora habitado por la despreciable alma de Salomón. Los sicarios cumplieron con sus órdenes de manera eficiente y brutal. Con su nueva identidad, Alirio comenzó a ganarse el cariño y la confianza de Natalia, quien no sospechaba nada del oscuro cambio que había ocurrido. Salvador (Alirio) demostró ser el hombre atento y apasionado que ella siempre había anhelado, lo que hizo que su relación floreciera rápidamente. Mientras tanto, las sospechas en la alta sociedad no tardaron en surgir. Los amigos y familiares de Salomón notaban un cambio en su comportamiento; aunque su amor por Natalia parecía más ardiente que nunca, ciertos aspectos de su personalidad les resultaban extraños y perturbadores. Por otro lado, Natalia, cegada por el amor, ignoraba las advertencias y defendía a Salvador (Alirio) con fervor. La situación se volvía cada vez más tensa, y Alirio sabía que debía moverse con cuidado para asegurar su nueva vida. Aprovechó su nueva posición de poder para deshacerse de cualquier cabos sueltos que pudieran revelar su secreto. Con cada paso, consolidaba su control sobre la vida que siempre había querido, mientras la oscuridad de su alma comenzaba a teñir la felicidad de su relación con Natalia. Sin embargo, la naturaleza tenebrosa de los hechizos siempre tiene un precio. A medida que Alirio gozaba de su nueva vida, empezó a ser atormentado por extraños sueños y recuerdos, no solo suyos, sino también de Salomón. Estos episodios oníricos comenzaron a afectar su vida diaria e hicieron que se cuestionara la estabilidad de su recién encontrada felicidad. Entre susurros nocturnos y visiones inquietantes, la vida de Alirio (Salvador) se llenaba de una nueva clase de pesadilla, una que podría desmoronar su existencia perfecta en cualquier momento. Con el tiempo, el verdadero desafío no fue solo mantener su secreto oculto, sino también lidiar con la lucha interna entre su alma oscura y los remanentes de la personalidad de Salomón, que empezaban a resurgir, buscando venganza y justicia por el amor perdido de Natalia.