"Forbidden Love: El Jorobado de Notre Dame"

Era una noche tranquila en París cuando las campanas de Notre Dame resonaban en el aire. La historia de Quasimodo, el jorobado que encontró amor y aceptación, había tomado un giro inesperado. Después del final de la segunda película, Quasimodo y Madeleine se habían enamorado profundamente. Sin embargo, en las sombras, un soldado envidioso de la guarnición de Febo observaba con amargura. Este hombre, llamado Giles, no podía soportar que Febo, con su atractivo, musculatura y valentía, fuera tan admirado y respetado. Decidió aprovechar el amor de Madeleine por Quasimodo para llevar a cabo su plan. Giles preparó una potente poción mágica y la vertió en una copa que ofreció a Febo durante una celebración en la catedral. Poco a poco, la poción hizo efecto, y Febo empezó a sentirse extrañamente atraído por Quasimodo. A medida que los días pasaban, Febo luchaba contra sus poderosos sentimientos. Finalmente, el ver el amor mutuo entre Madeleine y Quasimodo encendió sus celos. Una noche, cegado por la envidia y el deseo, Febo asesinó a Madeleine en un oscuro callejón sin ser visto. Quasimodo quedó destrozado por la pérdida de su amada, y fue en esos momentos de dolor cuando Febo se acercó para consolarlo. A través de palabras cariñosas y muestras de afecto, la falsa amistad de Febo se hizo cada vez más cercana. En una noche de consuelo, Febo besó a Quasimodo, susurrando palabras de deseo. Quasimodo, confundido y sintiéndose culpable, trató de resistirse. "Febo, detente. Tienes esposa y un maravilloso hijo. No hagas esto." Pero Febo, consumido por el efecto de la poción y su deseo, le respondió: "Olvídate de ellos. ¿Acaso no me deseas? Dime, ¿tengo algún defecto físico?" Quasimodo, sintiendo un torbellino de emociones, murmuró: "No lo tienes." La seducción continuó, y finalmente, Quasimodo se entregó y tuvo relaciones con Febo. Con el tiempo, se convirtieron en amantes, pero Febo, queriendo estar completamente libre para vivir su amor sin impedimentos, orquestó la muerte de su esposa en un solitario callejón. Finalmente, Febo y Quasimodo anunciaron su relación al mundo. Sin embargo, al vivir juntos, Quasimodo comenzó a descubrir aspectos oscuros de su amante. Febo era extremadamente celoso y posesivo, y su amor por él era sofocante. A pesar de todo, Quasimodo estaba tan profundamente enamorado que estaba dispuesto a soportar esos defectos. Su amor era tan grande que, aunque sabía que la relación tenía sombras, seguía adelante, dispuesto a vivir su destino al lado de Febo. La catedral de Notre Dame, testigo de tantas historias, guardó en sus puertas el relato de un amor tormentoso que se desarrolló entre sus sombras.