"Érase Una Vez: El Hijo del Capitán Garfio" -> "El Hijo del Capitán Garfio"

Érase una vez en el pequeño y enigmático pueblo de Storybrooke, donde cada habitante guardaba un secreto y las leyendas tomaban vida. En este mundo, Kilian Jones, conocido en otra vida como el temido Capitán Garfio, se había convertido en una figura importante. Tras su llegada al mundo sin magia, adoptó a un pequeño niño llamado Henry, quien se convirtió en su mayor tesoro y orgullo. Regina Mills, la astuta y poderosa alcaldesa del pueblo, en su rol de la madrina de Henry, encontró en Kilian a un aliado invaluable. Juntos, controlaban el destino del pequeño y, por ende, el futuro de Storybrooke. Kilian, ahora mano derecha de la alcaldesa, se aseguraba de que cada rincón del pueblo permaneciera bajo la sombra del hechizo que alguna vez ella había lanzado. Un día, la vida en Storybrooke dio un giro inesperado cuando apareció una mujer llamada Emma Swan, alegando ser la madre biológica de Henry. Kilian y Regina sabían que aquella mujer no solo representaba un peligro para la estabilidad de su mundo, sino también una amenaza directa a la custodia de Henry. Si Emma rompía la maldición, Kilian perdería a su hijo, a su preciado Henry, quien era suyo y de nadie más. Mientras Emma comenzaba a desentrañar los secretos de la ciudad, Kilian y Regina conspiraban en las sombras, dispuestos a todo para proteger su hogar y a su familia. Kilian, con su encanto y peligrosidad, se aseguraba de desviar a Emma en cada paso, mientras que Regina utilizaba su astucia y sus recursos para frenar cualquier avance de la Salvadora. La batalla por Henry no solo era una lucha por el amor de un hijo, sino por el futuro de dos mundos que colisionaban. En este cuento de hadas moderno, la oscuridad y la luz librarían una lucha sin cuartel, donde la verdadera magia residía en el vínculo inquebrantable del amor y la lealtad. Así, en el corazón de Storybrooke, el destino de todos pendía de un hilo mientras Kilian y Regina hacían todo lo posible por mantener a Emma Swan a raya, asegurándose de que la maldición permaneciera intacta y su familia unida.