El Vínculo Indómito: Entre el Bosque y la Civilización, un Hijo en la Encrucijada

Una vez, en lo más profundo de un exuberante bosque, una pareja de lobos, macho y hembra, se toparon con un paquete de tela abandonado. Al inspeccionar, descubrieron con asombro que dentro yacía un bebé humano, asustado pero ileso. Como miembros dominantes de la manada, tomaron una decisión inesperada: adoptar a este pequeño y frágil humano, criarlo como si fuera un cachorro de lobo. Durante seis años, el niño creció bajo la vigilancia de sus padres lobo. Aprendió sus formas, su lenguaje, su respeto por el bosque. Pero una fatídica tarde, un grupo de cazadores encontró al niño. Creyendo que había sido abandonado o estaba perdido, decidieron llevárselo y entregárselo a las autoridades locales. El pequeño fue llevado a un hogar para menores, separado de su familia lobo. Pero la manada, liderada por los padres adoptivos del niño, estaba enfurecida. Desataron un aio de furia en el cercano asentamiento humano, buscando desesperadamente a su cachorro perdido. El niño, al ver los destrozos y el daño infligido por la manada, decidió abandonar el hogar de acogida y enfrentarse a sus padres lobo. Hizo un trato con la población de la ciudad: respetaría su territorio con la condición de que no invadieran su hogar en el bosque. Con su mensaje entregado, el niño volvió al bosque junto a la manada. Con el tiempo, el niño se convirtió en un hombre, su rango en la manada ascendió hasta convertirse en líder. Pero necesitaba una compañera. Una tarde, cuando andaba herido por una flecha, halló a una mujer que valientemente se acercó, extrajo la flecha y le vendó la herida. Fue entonces cuando, completado por la acción amable y valiente de esta humana, el hombre lobo le susurró: "Mía". Y, contra su voluntad, la tomó entre sus brazos y la llevó al bosque. Su plan era que ella se convirtiera en su compañera y madre de sus futuros cachorros, uniendo así los mundos humano y lobo de maneras completamente nuevas.