El Vínculo entre la Humanidad y la Naturaleza: La Historia de un Niño Criado por Lobos

Hubo una vez una pareja dominante de lobos, una loba de pelaje blanco como la nieve y un lobo negro como la medianoche. Un buen día vieron algo inusual en su recorrido habitual: un pequeño ser humano, un bebé, abandonado y llorando. La loba y el lobo, aunque extrañados, sintieron de inmediato un fuerte instinto de protección hacia el pequeño. A pesar de su naturaleza salvaje y las diferencias obvias, decidieron adoptar al bebé y criarlo como uno de los suyos. Lo enseñaron a cazar, a protegerse, a comunicarse, todo lo que un cachorro de lobo necesitaría saber para sobrevivir se le enseñó. Pasaron los años y el niño, acostumbrado a la vida salvaje, creció fuerte y habilidoso. Sin embargo, su existencia no pasó desapercibida. Un grupo de cazadores los encontró y, asombrados al descubrir a un niño viviendo entre una manada de lobos, decidieron llevarlo a la autoridad más cercana. El niño fue enviado a un orfanato, un lugar completamente desconocido y extraño para él, y al mismo tiempo su hogar en el bosque estaba siendo destruido por la ira de los lobos, liderados por su madre y su padre, que buscan desesperadamente a su hijo perdido. Cuando el niño se enteró de estos hechos, escapó del orfanato y regresó a la ciudad en plena devastación. Se enfrentó a los habitantes de la ciudad y les instó a mantenerse lejos de los límites del bosque para evitar otra tragedia. Tras pronunciar sus palabras, se marchó de la ciudad con su manada. El niño volvió a crecer con su familia de lobos. Cuando alcanzó la madurez, se convirtió en el líder de la manada. Sin embargo, ahora como líder, necesitaba una compañera. Y la encontró en la forma más inesperada. Una joven valiente que andaba por el bosque encontró un lobo herido con una flecha, se acercó, le quitó la flecha y vendó la herida. El hombre lobo vio algo en ella, una fortaleza y bondad que lo atrajo. De un vistazo, decidió que ella sería su compañera. Y aunque ella no sabía lo que le esperaba, el lobo la tomó entre sus brazos y la llevó a su hogar en el bosque, donde finalmente encontró una nueva familia y, a pesar de las circunstancias, amor.