El Vampiro y el Corazón Humano

En una oscura y gótica ciudad, habitaba un vampiro atractivo y musculoso llamado Adrian, conocido por su egolatría y narcisismo. A simple vista, parecía tener 25 años, pero llevaba siglos caminando entre los mortales. Adrian había sido un noble en su vida anterior, y su inmortalidad solo había exacerbado su vanidad y orgullo. Todo comenzó cuando Adrian se enamoró perdidamente de una bella mortal llamada Isabella. Pero su corazón se rompió cuando ella eligió casarse con un hombre mortal, Alexander. Consumido por los celos y la sed de venganza, Adrian juró hacerles pagar por su traición. En medio de la noche, se deslizó en la casa de la pareja y secuestró a su bebé recién nacido, con la intención de acabar con su vida. Pero al sostener al frágil infante en sus brazos, algo en el corazón helado de Adrian se ablandó. Decidió entonces criar al niño como suyo, sabiendo que esto sería un castigo más cruel para Isabella y Alexander que cualquier otra cosa. A lo largo de los años, el niño, al que Adrian llamó Dante, creció bajo su ala. Adrian era atento y amoroso con Dante, aunque mantenía a raya su verdadera naturaleza y sus oscuros propósitos. Se volvió posesivo y sobreprotector, temeroso de enfrentarse a la soledad. Mientras tanto, Isabella y Alexander no dejaron piedra sin mover en busca de su hijo perdido. Cada vez que se acercaban a descubrir el paradero de Dante, Adrian huía con él a una nueva ciudad. Así se esfumaron los años. Cuando Dante cumplió 17 años, se había convertido en un erudito, un verdadero nerd, fascinado por la historia y la ciencia. En la última ciudad en la que se establecieron, Dante se encontró con dos nuevos maestros en su escuela: Isabella y Alexander, que casi no podían creer el milagro de reencontrarse con su hijo perdido. Aunque él no sabía nada, ellos lo reconocieron al instante. El destino los unió nuevamente, pero Adrian, temiendo perder a Dante, asesinó a la pareja antes de que pudieran revelar la verdad. El joven nunca supo que sus padres biológicos habían estado tan cerca. Un día, Adrian encontró a Dante abatido y triste. Al indagar, descubrió que su hijo se había enamorado de una compañera de clase, Clara, que lo veía solo como un amigo y estaba interesada en otro chico. Esta revelación enfureció a Adrian. ¿Cómo podía una simple mortal rechazar el amor de su preciado hijo? Esa noche, mientras Dante dormía, Adrian visitó la habitación de Clara. Con una voz seductora pero amenazante, le dijo: "Ahora entiendo por qué mi hijo se enamoró de ti; eres verdaderamente hermosa. Pero pagarás caro por rechazarlo". Clara, aterrorizada al ver los colmillos de Adrian, recordó las viejas historias de su madre: "Nunca rechaces el amor de un vampiro, pues si lo haces, se vengará". Aterrorizada, se arrodilló y suplicó por su vida. "Si quieres vivir", le ordenó Adrian, "terminarás con tu novio, pedirás perdón a mi hijo, y le dirás que lo amas. Si te pide matrimonio, te casarás con él y serás la mejor esposa. Y nunca mencionarás esta conversación a nadie". Con el corazón en un puño, Clara hizo exactamente lo que le ordenaron. Poco tiempo después, Adrian convirtió a Dante en vampiro, asegurando que jamás lo perdería. Mientras observaba a su hijo junto a su nueva esposa, Adrian murmuró para sí mismo: "Nada ni nadie en este mundo me quitará a mi hijo. Ahora, somos una familia eterna". Y así, bajo la sombra de una siniestra venganza, nació una unión forzada por la oscuridad, sellada con sangre y temor, mientras Adrian se aseguraba de que su versión de amor y posesión prevaleciera en la eternidad.