"El Oscuro Legado del Rey de Corazones"

**El Rey de Corazones** Nick Walker era el epítome del fisiculturista moderno: atractivo, musculoso, ególatra y narcisista. A sus 30 años, era conocido en su círculo social por su físico impecable y su actitud altanera. Sin embargo, detrás de la fachada perfecta que mostraba al mundo, ocultaba un secreto oscuro y vergonzoso: tenía un hijo de 14 años, Tim. Tim era todo lo opuesto a su padre. Mientras que Nick era un gigante musculoso, Tim era delgado, débil y lo que la sociedad suele etiquetar como "nerd". Su inteligencia y pasión por la lectura eran motivo de burla tanto en su hogar como en la prestigiosa preparatoria de niños ricos donde Nick era entrenador. Nadie allí sabía que Tim era hijo de Nick, y así este se encargaba de mantener sus secretos bajo llave. Los días de Tim en la escuela eran un infierno, gracias, en gran medida, a la influencia de Nick que fomentaba el bullying hacia él. Pero lo que Nick desconocía era que Tim sufría en silencio una enfermedad terminal que afectaba su corazón. Sabía que necesitaba un transplante urgente y que sus días estaban contados. El día que todo cambió fue durante una clase de gimnasia. Harto de los constantes abusos, Tim, con lágrimas en los ojos, declaró: "Me iré de este infierno, no puedo seguir conviviendo con monstruos". Su declaración enfureció a Nick, quien no dudó en golpearlo duramente. Fue en ese momento que Tim colapsó, sufriendo un ataque que lo dejó inconsciente. Por primera vez, Nick sintió un remordimiento que le atravesó el alma. Desesperado, llevó a Tim al hospital, donde se enteró de la crítica condición de su hijo. Los médicos consideraban desconectarlo debido al coma profundo en el que había caído, pero Nick, determinado a enmendar el daño que había causado, se negó rotundamente. Decidido a salvar a su hijo, sin importar el costo, lo llevó de vuelta a casa. Contrató a la mejor enfermera y a un cirujano experto en trasplantes. A solas con su hijo, lo abrazó por primera vez en años y le susurró: "Perdóname, hijo. Lamento haberte hecho mucho daño. No permitiré que mueras. Descansa, papá buscará un corazón para ti." Cada noche, Nick se transformaba en un cazador despiadado. Vagaba por la ciudad en busca de jóvenes saludables y atletas, asesinándolos sin piedad y arrancando sus corazones en un intento desesperado por encontrar el adecuado para Tim. Este comportamiento le ganó un temible sobrenombre en el bajo mundo: el Rey de Corazones. Pero en el mundo exterior, nadie supo nunca quién era el monstruo detrás de tantos crímenes. Durante seis largos meses, Nick continuó su macabra misión, acumulando una cantidad alarmante de víctimas. Finalmente, encontró el corazón perfecto. El procedimiento fue un éxito y Tim despertó, asombrado al ver un cambio genuino en su padre, que ahora lo miraba con amor y cariño sinceros. Tim, conmovido, decidió otorgarle una segunda oportunidad. Pero aún quedaba una pieza del oscuro rompecabezas por resolver. El cirujano, que había trabajado incansablemente para salvar a Tim, se acercó a Nick una noche: "Ya cumplí con mi deber, señor. Su hijo está vivo, ahora debo volver a mi hogar". Nick, en apariencia agradecido, se acercó al médico. "Estoy agradecido por tu trabajo, pero no debo dejar testigos que sepan quién es el Rey de Corazones. Lo siento, pero tengo que deshacerme de ti." Sin titubeos, Nick asesinó al cirujano y le arrancó el corazón. Esa noche, al observar a su hijo dormir plácidamente, Nick se inclinó para besarle la frente y susurró: "Siempre estaremos juntos, hijo. Por ti soy capaz de todo. Nunca te enterarás de que eres hijo del Rey de Corazones, ni de mis crímenes. Eres mi hijo y solo mío." Con una sonrisa posesiva y una promesa de protegerlo a cualquier costo, añadió: "Descansa, papá cuidará de ti. Y en cuanto a tus bullies, ya me encargué de ellos. Disfruté torturarlos y arrancarles el corazón. Eso les pasa por hacerle daño a mi pequeño príncipe." Y así, la vida de Tim continuó, envuelta en la dulzura de un padre redimido, sin conocimiento del abismo de oscuridad que se extendía detrás de cada acción de amor que Nick le ofrecía.