**El Nerd y su Nuevo Padre**

**La Lámpara de los Deseos y el Entrenador Protector** Había una vez un joven nerd de 17 años llamado Lucas que, aunque brillante en los estudios, era constantemente el blanco de las burlas y el acoso del entrenador del colegio, un hombre musculoso, ególatra, atractivo, millonario y narcisista de 33 años llamado Ricardo. Ricardo disfrutaba de su estatus de poder y dominancia sobre los demás, especialmente sobre Lucas, a quien veía como un blanco fácil. Una tarde, mientras Lucas deambulaba por una tienda de antigüedades buscando consuelo en su afición de coleccionar objetos curiosos, encontró una lámpara antigua. Sin pensar mucho, la compró y la llevó a casa. Esa noche, abrumado por sus pensamientos y emociones, sosteniendo la lámpara, murmuró en voz baja: "Deseo que el entrenador sea mi padre posesivo, protector y controlador". Exhausto, se quedó dormido sin saber que la lámpara cumplía cualquier deseo. Al despertar al día siguiente, Lucas se encontró en una habitación elegante, decorada del piso al techo con muebles caros y detalles suntuosos, demasiado diferentes de su humilde hogar. Atónito, se levantó y se vistió, observando que su ropero estaba lleno de ropa lujosa. Bajó las escaleras de mármol hacia el comedor, donde un opulento desayuno estaba preparado. Allí, vio a Ricardo, pero no como el cruel entrenador, sino como alguien distinto. "Buenos días, hijo", saludó Ricardo sonriendo cariñosamente. "Ya desayunaremos lo que la criada nos preparó", dijo, mirando despectivamente a la mujer que servía la mesa. Lucas se estremeció al reconocer a su madre, ahora en el rol de sirvienta. En esta nueva realidad, Ricardo le explicó orgullosamente a Lucas: "Recuerda, hijo, que en la escuela soy tu profesor. Estoy muy orgulloso de tus calificaciones. Y desde ahora, empezaremos a entrenar tu físico para que seas fuerte y tengas un gran futuro". Después de decirlo, lo abrazó paternalmente, pero con una firmeza que denotaba su dominante personalidad. "Limpia la mansión después del desayuno", ordenó a la criada/madre de Lucas. "Esta noche celebraremos el premio que recibiste en las Olimpiadas Matemáticas del Estado. Dime, ¿qué deseas, hijo? Todo lo que me pidas será tuyo". Lucas, aún en shock, descubrió rápidamente que en esta nueva realidad Ricardo era un padre amoroso y muy protector. Sin embargo, para los demás, Ricardo seguía siendo el mismo hombre narcisista y despiadado. Lucas también se dio cuenta de que su nuevo padre era sumamente posesivo y controlador. Ninguna amistad podía acercarse a él sin recibir la aprobación de Ricardo, quien creía saber siempre lo que era mejor. Aunque la vida de Lucas había dado un giro drástico y ya no sufría acoso en la escuela, se sentía prisionero del inmenso control de Ricardo. Así que, aquel deseo inconsciente había creado un nuevo mundo donde la protección y el amor de un padre venían con un precio: la libertad. Entre lujos y restricciones, Lucas se preguntaba si este era realmente el destino que deseaba, mientras Ricardo, con su mezcla de afecto y control, planeaba cada detalle del futuro de su "perfecto" hijo.