**El Intercambio: John y Lucas**

Era un día soleado en la escuela secundaria de Westfield, y el estudiante de último año John caminaba por el campus, disfrutando de la compañía de su novia, Sarah. John destacaba entre la multitud con su chaqueta universitaria, jeans ajustados y un bronceado dorado que resaltaba su cabello largo y rubio. Estaba en la cima del mundo, a punto de graduarse y ansioso por comenzar su vida universitaria. Al otro lado del campus, Lucas, un niño de primer grado con el pelo corto y rojo, cubierto de pecas y con una piel pálida, caminaba hacia el baño. Llevaba una camiseta de Pokémon y pantalones cortos, emocionado por la simple alegría de su juguete nuevo que traía en su bolsillo. El destino quiso que estos dos jóvenes chocaran inesperadamente a la vuelta de un pasillo concurrido. Al hacerlo, una descarga desconocida de energía los envolvió, y ambos se tambalearon hacia atrás, sintiéndose extrañamente aturdidos. Cuando John abrió los ojos, sintió instantáneamente que algo no estaba bien. Miró hacia abajo y vio sus pequeñas manos pecosas, su camiseta de Pokémon, y unos pantalones cortos de niño. Al reflejarse en una ventana próxima, observó horrorizado que el rostro que lo miraba no era el suyo, sino el de Lucas. En ese mismo momento, Lucas, ahora en el cuerpo de John, se vio reflejado en el vidrio y su mirada se llenó de desconcierto al ver aquel cuerpo musculoso y bronceado con el que no se identificaba. Ambos tardaron varios minutos en comprender lo que había sucedido, y aunque trataron desesperadamente de revertir el cambio, nada funcionaba. La energía que los había cambiado de cuerpo parecía haberse esfumado para siempre. La vida de ambos jóvenes había tomado un giro inesperado y permanente. John, ahora atrapado en el cuerpo de Lucas, tuvo que adaptarse a una nueva realidad. De pronto, lidiar con las preocupaciones de un niño pequeño, las clases elementales y la falta de libertad que antes disfrutaba. Tuvo que aprender a ser paciente y a encontrar alegría en sencillas actividades infantiles que antes desestimaba. Lucas, por otro lado, ahora en el cuerpo de John, se enfrentó al desafío de actuar como un estudiante de último año de secundaria. A pesar de estar abrumado al principio, encontró una inusual sabiduría infantil y una perspectiva diferente que le permitieron ver la vida de los adolescentes desde otro punto de vista. Poco a poco, comenzó a disfrutar de la independencia y las aventuras que venían con su nuevo papel. A lo largo del tiempo, ambos aprendieron valiosas lecciones sobre la importancia de la empatía y la adaptabilidad. Si bien su cambio de cuerpos fue permanente, lograron encontrar la manera de prosperar y aceptar sus nuevas vidas. John encontró una nueva pasión por la enseñanza y decidió que cuando creciera en el cuerpo de Lucas, se convertiría en maestro para guiar a los niños. Lucas, con la madurez repentina que le cayó de golpe, se propuso ser un mentor para los más jóvenes, utilizando su experiencia para ayudar a los demás. Y así, la extraña colisión de dos mundos diferentes llevó a una inesperada y transformadora experiencia para ambos, enseñándoles que a veces, los giros más improbables y mágicos de la vida pueden traer consigo nuevas oportunidades y crecimiento personal.