El Imperio Oscuro: La Redención del Vampiro y el Legado Educativo de Sangre

En ese momento, Vincent, el rey vampiro, se daba cuenta de que había vivido tanto tiempos sin medida o limitaciones, que había perdido de vista lo que significaba la vida cotidiana para los mortales de los cuales se alimentaba. La idea de que su hijo quisiera ir a la escuela, tener una carrera normal, deseando aprender, socializar y esforzarse como los humanos, le parecía extraño, y a la vez intrigante. Llegado el día, Vincent, con su atuendo de moda del siglo XVIII, sus colmillos apenas ocultos detrás de una sonrisa coqueta y su pose de digno monarca intimidó a más de uno en la preparatoria. Para él, todo parecía poca cosa. Pero al ver a su hijo, a Ralph, hablando emocionado de sus lecciones de historia, de matemáticas, de su club de ajedrez, algo cambió. Vincent miró a su alrededor, a los estudiantes conversando, riendo, estudiando. Ellos eran su futuro. Y si Ralph realmente era parte de su familia, era también su futuro. Durante su regreso a la mansión, Vincent llevó a Ralph a un salón lleno de reliquias de la antigua familia. Era ahora no sólo el legado del rey vampiro, sino también el de Ralph. Le habló sobre su linaje, sobre su historia y sobre cómo él esperaba que Ralph continuara con su legado de liderazgo. En los días siguientes, Ralph siguió asistiendo a las lecciones de etiqueta, historia y combate de su padre, al mismo tiempo que continuó con sus estudios. Con el tiempo, el vampiro notó cierta cambio en su hijo. Ya no era un nerd lamentable, sino un joven decidido, inteligente y sorprendentemente valiente. Sí, aún le faltaba cierta gallardía y destreza en la espada, pero su agudeza mental, su generosidad y determinación compensaban esas cosas. Puede que Ralph nunca fuera a ser un gran guerrero, como su padre lo había sido, pero seguro que sería un gran rey. Vincent se dio cuenta de que su visión anticuada del liderazgo no tomaba en cuenta las diferencias de este nuevo mundo. Ralph le demostró que los líderes no tienen que ser siempre los más poderosos o los más temidos, simplemente tienen que ser los más capaces y dispuestos a hacer lo que sea necesario por su pueblo. Así fue como Vincent aprendió a respetar y aceptar los deseos y metas de Ralph. Al final, decidió apoyar a Ralph a seguir adelante con sus planes de ingresar a la universidad, siempre y cuando nunca olvidara quién era y de dónde venía. La idea de su hijo lidiando con leyes humanas lo aterraba, pero sabía que no podía detener su crecimiento. Pero con tiempo, padecimiento y risas; padre e hijo lograron encontrar un equilibrio entre su legado y su humanidad.