**El Flechazo**

Era un miércoles soleado en la secundaria de River Heights, donde todos conocían al Quaterback estrella del equipo de fútbol, Derek O'Connor. Con sus dieciocho años, Derek era el epítome del atractivo físico: alto, musculoso y bendecido con un rostro digno de portada de revista. Pero detrás de esa fachada perfecta, había un joven arrogante, egocéntrico, y extremadamente narcisista. Además, no tenía reparos en usar su poder y posición para intimidar y humillar a aquellos que consideraba inferiores. Uno de esos desafortunados era Timmy Dawson, un nerd de diecisiete años, delgado, tímido y con enormes gafas que parecían abarcar la mitad de su rostro. Timmy siempre había sido el blanco preferido de Derek y sus secuaces. Y así, otro día cualquiera, el destino decidió intervenir. Mientras Derek y sus amigos estaban en medio de la habitual golpiza a Timmy en el estacionamiento de la escuela, una figura etérea y celestial observaba la escena desde las alturas. Cupido, el dios del amor, había tenido suficiente de la prepotencia de Derek. Con un leve suspiro, nockó una flecha dorada en su arco y la lanzó directamente hacia el Quaterback. La flecha se clavó en Derek sin sonido alguno, y en ese instante, todo cambió. Derek sintió un torrente de emociones que nunca antes había experimentado. Miró a Timmy, ya no con desdén, sino con una mezcla intensa de deseo y adoración. En una suprema contradicción de su propio carácter, ordenó a sus amigos que se detuvieran inmediatamente. "¡Nadie vuelve a ponerle un dedo encima a Timmy! ¡Es una orden!" Los chicos, aunque perplejos, no se atrevieron a contradecir al líder del grupo. Con el paso de los días, Derek trató de cortejar a Timmy de todas las formas posibles. Primero, exhibiendo su esculpido cuerpo en cada oportunidad, esperando capturar la atención del nerd. Las chicas susurraban y murmuraban, atraídas por la perfección física del Quaterback, pero Timmy permanecía inmutable, ajeno a los encantos de Derek. No dispuesto a darse por vencido, Derek empezó a mimar a Timmy con regalos y gestos grandilocuentes. Pero el nerd seguía resistiéndose, desencajado por este repentino interés. Finalmente, Derek decidió llevar a cabo su plan más obsesivo. Una noche, se acercó a Timmy con una sinceridad que rara vez mostraba. "Voy a dejarte en paz", dijo, extendiéndole una bolsa con panes recién horneados. Timmy, hambriento y conmovido por el aparente cambio de corazón de Derek, aceptó los panes sin saber que estaban impregnados con un potente afrodisíaco. Esa noche, el afrodisíaco hizo que Timmy perdiera sus inhibiciones, y para su propia sorpresa, ambos terminaron casándose en un impulso que ninguno de los dos esperaba. Derek llevó a Timmy a su lujosa mansión y allí consumaron su matrimonio. Abrazando a Timmy después, Derek susurró con voz posesiva, "Eres mío y solo mío. No dejaré que nadie más esté en tu vida." Los días siguientes fueron un torbellino para toda la ciudad, que no tardó en enterarse de la sorprendente unión. Derek, decidido a dejar claro que su vida había cambiado, llevó a Timmy a todas partes con él. En el comedor del colegio, lo hizo sentar a su lado frente a sus amigos y declaró, "Él es parte del grupo ahora, y deben respetarlo." Justo en ese momento, pasó el mejor amigo de Timmy y lo saludó. Antes de que nadie pudiera reaccionar, Derek se levantó furioso y empezó a golpear al chico, gritando que nadie debía acercarse a su esposo. La tensión era palpable, y Timmy, tratando de calmar la furia de Derek, susurró, "Soy tuyo, amor. ¿Qué te parece si planeamos nuestra luna de miel en la cama después de hacer el amor?" Esa noche, para reafirmar su control y posesividad, Derek llevó a Timmy al vestuario del equipo de fútbol y allí tuvieron una intensa relación sexual. Después, Derek, abrazando a Timmy, le prometió que siempre lo protegería, pero también dejó claro que no permitiría que nadie más formara parte de su mundo. Así, dos vidas entrelazadas por un capricho del destino vivían en un constante juego de poder y sumisión, marcadas para siempre por la flecha de Cupido.