El Espejo Mágico: Un Intercambio de Cuerpos que Cambió su Destino

Una vez hubo un adolescente de 18 años, cuyo nombre era Gustavo. Gustavo no era como cualquier otro chico de su edad. Tenía sobrepeso y su apariencia no era la mejor, pero lo que más humillaba era que su hermano mayor, Antonio, era lo opuesto. Antonio, el atractivo y musculoso capitán del equipo de fútbol del instituto, era adorado por todos y tenía un fuerte ego y narcisismo. Antonio solía burlarse de Gustavo todos los días, a causa de su peso y apariencia. Esta cruel realidad llevó a Gustavo a la desesperación, deseando algo que nunca pensó posible, 'ser Antonio'. Un día, mientras paseaba por una vieja tienda de antigüedades, un espejo en particular llamó su atención. Parecía antiguo y rodeado de un misterio. Al pasar frente a él, Gustavo observó su reflejo, harto de su realidad, susurró, "Cómo desearía ser mi bully". Al pronunciar esas palabras, algo inesperado sucedió. Su reflejo se transformó en la imagen de Antonio, que en ese momento se estaba por ir a bañar. Algo en Gustavo le hizo tocar el espejo, y en ese instante, sintió un enorme chorro de energía. Cuando abrió los ojos, se encontró en su casa, pero algo era diferente. Al bajar la mirada, se encontró con abdominales musculosos y un aspecto atlético. Había cambiado de cuerpo con Antonio. Miro sus manos, sus piernas, su torso, todo se sentía extraño pero de alguna forma correcto. No había ni rastro de grasa, solo musculo. Se miró al espejo admirando su transformación, se veía exactamente como Antonio. Después de disfrutar de su nuevo cuerpo y reconsiderar cada aspecto de lo sucedido, Gustavo decidió quedarse con su nueva apariencia. Quién sabe, quizás la vida le ofrecerá más oportunidades desde este nuevo punto de vista. A pesar de que fue un cambio radical, supo en ese momento que había encontrado la oportunidad que había estado buscando, a pesar de las circunstancias inusuales en que la encontró. Fue un duro golpe para Antonio, quien tuvo que aprender a vivir en el cuerpo de su hermano menor, la persona a la que solía burlarse. Pero tal vez, solo tal vez, era el tipo de lección que necesitaba para aprender a ser más humilde y compasivo. Por otro lado, Gustavo, que ahora llevaba la vida de su hermano mayor, prometió utilizar su nueva influencia y popularidad para hacer el bien y dejar de lado la arrogancia y el menosprecio que solía mostrar Antonio.