El Deseo de la Lámpara Mágica-1

Había una vez un joven llamado Lucas, de 17 años, que pasaba sus días en la sombra, soportando la crueldad de sus compañeros y, especialmente, de su entrenador de educación física, el imponente y egocéntrico Marco. Marco tenía 33 años, era musculoso, atractivo y narcisista, lo que lo convertía en el centro de atención y de poder en la preparatoria. Su carisma y apariencia eran temidos y admirados por igual, y nadie se atrevía a desafiarlo, especialmente no Lucas, con su físico delgado y su afición por los videojuegos y los estudios. Un día, mientras deambulaba por una tienda de antigüedades, Lucas se topó con una antigua lámpara y decidió comprarla. Pensando que sería un bonito objeto para su escritorio, la pulió un poco cuando llegó a casa. Para su sorpresa, la lámpara se iluminó y apareció un genio que le ofreció un deseo. Sin medir completamente sus palabras y dominado por años de dolor y soledad, Lucas susurró: "Deseo que el entrenador me ame y sea mi novio posesivo y protector". Esa noche, Lucas se acostó sin darle demasiada importancia, convencido de que nada extraordinario saldría de aquel encuentro. A la mañana siguiente, Lucas se despertó en una cama que no era la suya. A su lado, estaba Marco, el entrenador, quien al verlo abrir los ojos le dedicó una sonrisa cariñosa. - "Buenos días, amor," dijo Marco con una voz suave y dulce. "Ya preparé nuestro desayuno. Después iremos a la prepa. Recuerda, amor, que en la escuela nadie debe saber que somos novios y que vivimos juntos. Yo quisiera decir a los cuatro vientos que te amo, pero tenemos que ser cuidadosos." Lucas se frotó los ojos, incrédulo ante la situación. Todo parecía tan surrealista. - "Esta noche es nuestro aniversario de 5 meses de noviazgo," continuó Marco mientras acariciaba suavemente la mejilla de Lucas. "Te haré el amor como nunca nadie te lo ha dado ni dará. Eres mío y solo mío." El corazón de Lucas latía rápidamente, y estaba inundado de emociones conflictivas. Parte de él se preguntaba si estaba soñando, mientras que otra parte no podía evitar sentirse sobrecogida por el cambio tan drástico en su realidad. Marco, quien una vez lo había maltratado, ahora era un amante protector y devoto, aunque con un toque inquietante de posesividad. Lucas decidió seguir el día, tratando de asimilar los eventos y preguntándose si, después de todo, los deseos cumplidos eran realmente lo que uno anhelaba. Al ir a la prepa con Marco, comprendió que debía navegar esta nueva realidad con cautela. Quizás ahora tendría a su lado alguien dispuesto a protegerlo, pero a qué precio y con qué nuevas complejidades, solo el tiempo lo revelaría.