El Deseo Cumplido: La Transformación del Bully en Marido Dominante

Érase una vez, en la bulliciosa ciudad de Nueva York, un chico llamado Jeremy. Jeremy era un hombre de 25 años, catalogado por la sociedad como un nerd. Era un hombre obeso, de aspecto considerado poco agraciado, de escasos recursos y físicamente débil. Era un blanco fácil de abuso laboral, y el peor abusador era su jefe, un CEO llamado Mason. Mason, de 27 años, era todo lo contrario a Jeremy. Era atractivo, musculoso, narcisista y un millonario ególatra. Su trato hacia los demás era cuestionable, especialmente hacia Jeremy, su blanco favorito de burla y abuso. Un día, Jeremy encontró una antigua lámpara en su ático. Al frotarla, un genio apareció, ofertando un deseo a su liberador. Jeremy, confundido, llamó a su mejor amigo para discutir qué debía pedir. Como broma, el amigo de Jeremy sugirió, "¿Por qué no haces un deseo para que tu bully, Mason, se convierta en tu esposo amoroso, celoso y posesivo que solo tenga ojos para ti?" Riendo, Jeremy repitió en voz alta el deseo absurdo, que el genio tomó como la solicitud oficial y concedió. Al día siguiente, Jeremy despertó en un lujoso apartamento, completamente desnudo, al lado de Mason, también desnudo. Mason le sonrió y añadió suavemente, "¿Amor, estás bien?" Jeremy estaba petrificado, no sabía cómo responder. Sin embargo, la persuasión y el encanto de Mason terminaron llevándolo a la cama de nuevo. Después de hacer el amor, Jeremy comentó nerviosamente que necesitaban ir a trabajar. Mason se rió y le dijo que no necesitaba preocuparse por eso. "Podemos llegar a cualquier hora, amor. Nosotros somos los jefes". El teléfono de Jeremy sonó, era su mejor amigo. Una oleada de posesividad barrió a Mason, quien al ver el número en la pantalla gruñó: "¿Por qué ese empleado tuyo te sigue llamando? Ya le advertí que tú eres mío y que no debe acercarse a ti. ¿Voy a tener que ajustar cuentas con él?" Jeremy se acercó a Mason, intentando calmarlo con un beso. Y así lo hizo, logrando su objetivo. El deseo que una vez parecía una fantasía absurda planteada en una conversación humorística, se había vuelto la realidad inesperada pero no del todo desagradable de Jeremy.