**Ecos de Medianoche: Amor y Venganza**

En una gótica y sombría ciudad, el atractivo y musculoso vampiro Lucas vagaba por las noches, encantando a sus víctimas con una sonrisa magnética y una mirada de ojos profundos. Narcisista y ególatra, Lucas disfrutaba de la eternidad y del poder que su condición le otorgaba. Pero hubo una vez en que su corazón no era frío. Se había enamorado profundamente de una mujer mortal llamada María. Para su consternación, María había elegido casarse con un hombre de carne y hueso, preferiendo la vida mortal a la inmortal seducción del vampiro. Lleno de ira y ansias de venganza, Lucas ideó un retorcido plan. Una noche, mientras la pareja dormía, se escabulló en su hogar y robó a su hijo recién nacido. Originalmente, su intención era acabar con la vida del bebé, pero al sostener al niño en sus brazos, algo en él cambió. Los ojos inocentes del bebé lo desarmaron, y decidió criar al niño como su propio hijo, su venganza transformándose en una forma cruel de mantener el control sobre la pareja. El tiempo pasó y el niño, a quien Lucas llamó Adrian, creció bajo el cuidado del vampiro. Lucas se mostraba amable y amoroso solo con él, formando un vínculo profundo que se tornaba cada vez más posesivo. Temeroso de quedarse solo, el vampiro se sobreprotegía del muchacho, enseñándole todo lo que sabía y aislándolo del mundo exterior. Mientras tanto, María y su esposo buscaban desesperadamente a su hijo, sin descansar ni un solo día. Muchas veces estuvieron cerca, pero Lucas siempre lograba huir antes de ser descubierto. Su sufrimiento era constante, no poder ver a su hijo crecer una agonía interminable. A los 17 años, Adrian, un joven brillante y un tanto nerd, descubrió un mundo más allá de los muros fríos del castillo de Lucas. En su nueva escuela, sus maestros, una pareja amorosa y misteriosa, le brindaban un sentimiento de familiaridad que él no podía entender. Estos maestros, sin que él lo supiera, eran sus verdaderos padres, María y su esposo, aún en su implacable búsqueda. Fue una noche oscura cuando Adrian, investigando entre papeles viejos y fotografías clandestinas, descubrió la verdad sobre su origen. Confrontó a Lucas, lleno de enojo y confusión. El vampiro, al darse cuenta de que su secreto estaba a punto de ser revelado, actuó impulsivamente. No podía perder a su hijo. En un acto desesperado, asesino a la pareja, asegurándose de que nunca más pusieran en peligro su relación con Adrian. La noticia llegó hasta los oídos de Adrian. Su furia fue desmedida, y el odio hacia el ser que lo había criado crecía en cada rincón de su corazón. Decidió alejarse de Lucas, huyendo en medio de la noche. Lucas, perdido y desesperado al ver que estaba a punto de quedarse solo nuevamente, hizo todo lo que pudo para encontrar a Adrian. La promesa de perder a su único hijo era un sufrimiento que no estaba dispuesto a soportar. Sumido en una mezcla de dolor y desesperación, Lucas se prometió a sí mismo que haría cualquier cosa para recuperar a Adrian, incluso si eso significaba cambiar todo lo que él había sido hasta ese momento. Después de todo, su amor por el muchacho, aunque retorcido y posesivo, era lo único verdadero que le quedaba en su eterna noche sin fin.