Echoes of Silence

La vida de David Chocarro, actor y modelo en la cima de su carrera, era el epítome del éxito a ojos de muchos. Con un físico esculpido y un rostro que llamaba la atención de todos, David había trabajado arduamente para alcanzar la fama. Sin embargo, detrás de las luces y el glamour, había una historia oscura marcada por la vanidad y la traición. Antes de convertirse en el ícono que era, David tenía una familia que significaba todo para él. Su esposa, Mariana, había sido su sostén incondicional desde los días en los que apenas tenía para comer. Juntos, también habían tenido un hijo, Julián, que ahora tenía 16 años. Julián era un brillante joven que amaba leer y estudiar, pero desafortunadamente, estas cualidades solo lo hacían blanco de burlas por parte de su propio padre. Con el paso del tiempo, la fama y la atracción de la vida de celebración quebraron el compromiso de David con su familia. Pasó cada vez más tiempo con mujeres que lo deseaban únicamente por su apariencia, y menos tiempo en casa. David comenzó a tratar a Mariana como una empleada doméstica y, eventualmente, la confinó a los cuartos de servicio. Julián, por su parte, fue objeto de desprecio y burlas constantes de su padre, quien lo veía como un "débil" y "nerd". La noche de la celebración del 16º aniversario de la carrera de David fue el punto de quiebre. Una de sus muchas amantes, una mujer despechada al descubrir que David no tenía intención de casarse con ella, irrumpió en la fiesta con un arma. Enfurecida, apuntó hacia David con la intención de disparar, pero la bala se desvió e impactó a Julián. Él se desplomó al suelo mientras la multitud observaba horrorizada. Por primera vez, David sintió una punzada de genuina preocupación y culpa. Se arrodilló junto a su hijo, lamentando cada insulto y desprecio que le había lanzado a lo largo de los años. "Por favor, resiste, estarás bien," suplicó David con lágrimas en los ojos, "ya llamé a los paramédicos." Julián, con su aliento cada vez más escaso, le dijo débilmente: "No quiero irme con odio ni rencores. Te perdono, papá. Ahora, sin mí, sigue disfrutando tu vida." Y con esas últimas palabras, Julián se fue. El grito desgarrador de David resonó en todo el salón. Mariana, destrozada, se acercó a su hijo y dijo: "No hijo, no me dejes, no podría vivir sin ti. Nunca me perdonaré por no habernos ido de este infierno". Luego, volviéndose hacia David, expresó con una mezcla de furia y dolor: "¡Vete, David! Por tu culpa nuestro hijo murió. Vete y disfruta tu tiempo con tus amantes. Por nuestro hijo nunca te dejé, pero ahora que no está, lucharé por mí misma. Quiero el divorcio." Durante el funeral, David ayudó a cargar el ataúd, pero el verdadero peso del dolor recaía sobre su corazón. Al observar a Mariana, le suplicó: "Por favor, no te vayas. Ahora que nuestro hijo no está, debemos consolarnos mutuamente." Mariana lo miró con una frialdad que David nunca había visto. "¿Cuál hijo, David? Según tú, nunca tuviste uno, ¿recuerdas? Tu mentira se ha vuelto realidad. Ahora déjame ir." Desesperado y abatido, David regresó a la habitación de Julián. Al tocar sus cosas y sus juguetes, se derrumbó completamente, lamentando todas las oportunidades desperdiciadas. "Debí haberte dedicado más tiempo, hijo," lloró mientras lanzaba los objetos al suelo. Exhausto y consumido por el dolor, se tumbó en la cama de su hijo, aferrándose a una fotografía de Julián. Los meses siguientes solo empeoraron la situación. David, incapaz de soportar la carga de su culpa, cayó en la locura. En su mundo mental, su hijo seguía vivo, y pasaban juntos los momentos que nunca habían tenido. Pero la realidad se había encargado de cobrarle un precio muy alto, y David quedó atrapado en una existencia de dolor y remordimiento sin fin, viviendo en un perpetuo sueño donde trataba de enmendar los errores que ya no podían corregirse. Así, el gran actor y modelo quedó reducido a una sombra de su antiguo yo, viviría el resto de sus días en una penitencia autoimpuesta, solo y aislado, con una única compañía: los fantasmas de lo que pudo haber sido.