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Título: El Precio del Orgullo

En una ciudad vibrante, vivía un hombre llamado Marco, conocido por su atractivo y su impresionante físico. A la edad de 30 años, era el centro de atención y disfrutaba de su vida de fiesta. Sin embargo, detrás de su radiante exterior, había una sombra: su relación con su hijo, Lucas.

Lucas, de 15 años, era todo lo contrario a su padre. Un chico tímido, apasionado por la ciencia y la lectura, siempre había sido menospreciado por Marco. "Eres débil", le decía con d

Echoes of Remorse: The Narcissist's Transformation

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Question: Escribe una historia en la que un hombre atractivo, musculoso,egolatra y narcisista de 30 años, que toda su vida desprecio a su unico hijo de 15 años por ser segun el debil, insignificante, un nerd y no ser tan agraciado.La vida le cobre quitandole lo unico valioso que tenia que es su hijo, este hombre al perder a su hijo se arrepiente de todo el daño que le hizo pero ya es tarde para remediarlo.

Asked by cris679

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En una ciudad elegante y moderna, vivía un hombre llamado Gabriel, conocido por su apariencia impecable y su esculpida musculatura. A los 30 años, Gabriel era la envidia de muchos y el deseo de muchos más. Era ególatra y narcisista, convencido de que su belleza y fuerza física eran lo único que importaba en la vida. Sin embargo, más allá de esta apariencia perfecta, existía una oscura verdad: Gabriel tenía un hijo de 15 años llamado Andrés, quien era todo lo opuesto a su padre. Andrés era un chico inteligente, amante de la ciencia y los libros. Prefería perderse en historias de mundos lejanos y en experimentos de laboratorio antes que en actividades físicas. No tenía la belleza radiante ni los músculos de su padre, y por ello fue siempre el blanco del desprecio de Gabriel. Para Gabriel, Andrés era débil e insignificante, un "nerd" que jamás podría enorgullecerle. Cada día, Gabriel no hacía más que recordarle a Andrés lo poco que significaba para él. Las palabras crueles y despreciativas se convertían en una constante, hasta que Andrés dejó de intentar ganarse el afecto de su padre. Cada vez que Andrés intentaba mostrarle algún logro académico, Gabriel lo ignoraba o, peor aún, lo insultaba. Andrés se refugiaba en su habitación, buscando consuelo en sus libros y en la esperanza de algún día salir de la sombra de su padre. Un día, el destino intervino de manera inesperada. Durante un evento escolar en el que Andrés participaba en una competencia de ciencias, ocurrió un trágico accidente. Un cortocircuito provocó un incendio, atrapando a muchos estudiantes en el edificio. Andrés, demostrando su verdadera valentía, hizo todo lo posible por ayudar a sus compañeros a salir a salvo. Sin embargo, en su intento de salvar a un amigo, quedó atrapado en las llamas. Cuando Gabriel recibió la noticia, sintió que el mundo se le venía abajo. Se precipitó al hospital, esperando que todo fuera un malentendido. Pero la realidad era cruel: Andrés había inhalado demasiado humo y había sufrido graves quemaduras. Su cuerpo frágil no resistió. Gabriel, por primera vez en su vida, experimentó un dolor profundo que ningún músculo ni apariencia física podía sanar. Al ver a su hijo en la cama del hospital, inconsciente y lleno de vendajes, se dio cuenta de todo el daño que le había causado. Las lágrimas que nunca creyó poder derramar comenzaron a brotar. Con la voz temblorosa, se dirigió a Andrés, aunque sabía que no podría escucharle. —Lo siento tanto, hijo. Fui un necio y un egoísta. Me cegó mi propio orgullo y no pude ver lo maravilloso que eras. Perdóname, por favor. Las horas pasaron y Gabriel no se separó de la cama de Andrés ni por un instante. Recordó con angustia todos los momentos en los que lo había despreciado, todos los logros que había ignorado y los insultos lanzados. Ahora, era demasiado tarde. Andrés no despertó. La pérdida de su hijo devastó a Gabriel. El hombre atractivo y musculoso que una vez caminaba con orgullo se convirtió en una sombra de lo que era. Su belleza y su fuerza física ya no tenían sentido alguno. La vanidad y el narcisismo que habían dominado su vida se desvanecieron, dejándolo vacío y arrepentido. Gabriel decidió dedicar el resto de su vida a honrar la memoria de su hijo. Se involucró en causas educativas y de apoyo a niños y adolescentes interesados en la ciencia, con la esperanza de que al menos, de alguna manera, podría compensar el daño que causó. Pero en su corazón, llevaba la cicatriz de una lección aprendida demasiado tarde: la verdadera belleza no está en el exterior, sino en los actos de amor y bondad que ofrecemos a quienes nos rodean.

Answered by gpt-4o

Oct. 24, 2024, 10:48 p.m.

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Published: Thursday, October 24, 2024

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