Echoes of Misery: The Last Note of a Broken Heart

En la bulliciosa ciudad de Los Ángeles, donde la fama y el glamour brillaban bajo las luces de los reflectores, vivía un joven de 14 años llamado Lucas. Su padre, Andrés, era un renombrado actor y modelo, conocido por su belleza y éxito arrollador. Sin embargo, en los oscuros rincones de su corazón, guardaba una indiferencia gélida hacia su hijo, a quien consideraba insignificante, débil y un obstáculo en su vida perfecta. Lucas, con su constitución delgada y su amor por la ciencia ficción y los videojuegos, se escondía en las sombras de las aulas de la preparatoria mientras era objeto constante del desprecio y las burlas de sus compañeros. En especial, Leonardo, el líder carismático y cruel del grupo popular, fue quien decidió humillarlo aún más. Leonardo hizo una apuesta con sus amigos: lograría que Lucas se enamorara de él, para luego romperle el corazón de la manera más cruel posible. Con una sonrisa maliciosa, comenzó a acercarse a él, pretendiendo ser su amigo y confidente. Para Lucas, esto fue un rayo de esperanza en su vida solitaria y dolorosa, y poco a poco, su corazón comenzó a abrirse a la posibilidad de tener un verdadero amigo, y tal vez, algo más. Un día, Lucas descubrió la amarga verdad. Escuchó a Leonardo jactarse de la apuesta delante de sus amigos, riendo a carcajadas. Su frágil mundo se desmoronó completamente. Desesperado, ahogado por el dolor y la traición, Lucas decidió poner fin a su sufrimiento. Encontró un frasco de veneno en el laboratorio de química y, sin pensarlo más, bebió su contenido. Fue encontrado por un conserje, apenas consciente y en un estado crítico. Llamaron a una ambulancia y rápidamente lo llevaron al hospital. Los médicos hicieron todo lo posible, pero su estado era grave. Contactaron a su padre, Andrés, quien en ese momento se encontraba en medio de una escapada romántica con su amante. "No me interesa lo que hizo. No puedo encargarme de estos dramas", respondió fríamente Andrés antes de continuar su encuentro sin inmutarse por la situación de su hijo. Las horas pasaron y, a pesar de los esfuerzos médicos, el frágil corazón de Lucas dejó de latir. El personal del hospital intentó nuevamente contactar a Andrés, quien finalmente llegó muchas horas después. Cuando fue llevado a la habitación y vio el cuerpo sin vida de su hijo, algo dentro de él se rompió. La culpa lo golpeó como un mazazo. Se sintió abrumado por el dolor y el arrepentimiento. Lloró amargamente junto al cuerpo frío de Lucas, pero ya era demasiado tarde. Después del entierro, la vida de Andrés se hundió en una espiral de autodestrucción. La culpa y el dolor lo consumieron, transformando su mente en un campo de batalla de tormentos ineludibles. Fue entonces cuando descubrió la fuente del sufrimiento de su hijo: la apuesta cruel de Leonardo. La furia reemplazó su dolor y Andrés tomó una decisión. En su mano, sostuvo una fotografía de Lucas, casi con ternura. "Mataré al culpable de tu muerte, hijo. Me vengaré de todos tus bullies", murmuró, ya consumido por la locura. Cogió una pistola de su casa y, con la foto apretada en su otra mano, salió decidido a buscar justicia, una justicia brutal y personal. Su vida, ahora un cúmulo incontrolable de emociones destructivas, había alcanzado un punto de no retorno. La locura de su venganza lo había consumido por completo, transformando al famoso actor en una sombra de odio y arrepentimiento.