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Imagen de un mago musculoso y atractivo en su lujosa mansión, con una expresión desesperada mientras sostiene el cuerpo de su hijo envuelto en un manto brillante, rodeado de velas y artefactos mágicos en una habitación oscura.

Echoes of Lost Grace: The Resurrection of a Broken Heart

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Question: Escriba una historia en la que un mago atractivo, musculoso,egolatra y narcisista sangre pura de 35 años, haya entregado a un orfanato muggle a su hijo de 2 años cuando el tenia 20 años por haber nacido squib o sea no nacer con magia, este mago lo hizo porque nunca permitiria que su apellido quedada enlolado, pasan los años y a este mago le envian una carta diciendole que debe presentarse en el orfanato y al entrar y ver a su hijo convulsionando y agonizando se arrepiente de haberlo abandonado, en ese momento el mago se acerca y le dice resiste te sacare de aqui y buscare los mejores medicos para que no mueras por favor resiste perdoname por abandonarte y en ese momento el joven muere, el mago no acepta la perdida se lleva el cuerpo y lo lleva a su mansion, en una habitacion pone el cuerpo y con magia aplica un hechizo de preservacion del cuerpo y le dice ahora vengo hijo, te levantaras y viviras no me importa lo que tenga que hacer.

Asked by cris932

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En una alta torre de mármol y obsidiana, en lo profundo de las tierras mágicas, vivía Azrael Blackthorne, un mago de 35 años, cuya belleza física solo era opacada por su ego. Azrael era conocido por su atractivo imponente, sus músculos bien definidos y su narcisismo abrumador. Sangre pura de nacimiento, siempre había mantenido su nombre limpio de cualquier desviación, hasta el día que nació su hijo. A los 20 años, Azrael había tenido un hijo con una bruja de sangre pura, pero para su sorpresa y disgusto, el niño, al que llamó Cedric, nació sin magia. Un squib, una vergüenza inimaginable para alguien con su linaje impecable. El rechazo de Azrael fue instantáneo y sin remordimientos. Con una resolución fría y calculada, entregó a Cedric a un orfanato muggle, despreciándolo con cada fibra de su ser por no estar a la altura de su legado. "Mi nombre no será mancillado por una debilidad", se repetía Azrael mientras observaba cómo los años pasaban, sin una pizca de arrepentimiento. Un día, quince años después, llegó una carta al majestuoso hogar de los Blackthorne. En ella, se le pedía que se presentara en el orfanato donde había dejado a su hijo. Intrigado y ligeramente molesto por el recordatorio, decidió asistir, vestido con sus mejores ropajes que resaltaban sus músculos firmes y su presencia dominante. Al entrar al orfanato, se encontró con una visión que quebró su arrogancia. Cedric, ahora un joven de diecisiete años, estaba en el suelo, convulsionando y agonizando. El tiempo parecía haberse detenido en ese momento. La mezcla de culpa y arrepentimiento inundó a Azrael. Se acercó rápidamente y, con voz trémula, suplicó: "Resiste, te sacaré de aquí y buscaré los mejores médicos. Por favor, resiste. Perdóname por abandonarte". Pero las palabras llegaron demasiado tarde. Cedric exhaló su último aliento en los brazos de su padre. Azrael, con lágrimas llenando sus ojos por primera vez en su vida, se negó a aceptar la pérdida. Con una determinación desesperada, tomó el cuerpo inerte de Cedric y lo llevó a su mansión. Entró en una habitación secreta y, cuidadosamente, lo colocó sobre un altar hechizado. Conjuró un hechizo de preservación que mantenía intacto el cuerpo de su hijo. Arrodillado junto al altar, Azrael susurró: "Te levantarás y vivirás. No me importa lo que tenga que hacer. Te lo prometo, hijo mío. Esta vez, no te dejaré". Con esa promesa en sus labios, Azrael se levantó, dispuesto a desafiar los límites de la magia y la muerte para recuperar al hijo que había despreciado. El camino sería arduo y lleno de desafíos, pero su voluntad estaba decidida. La redención y la esperanza se entrelazaban en su corazón roto mientras se preparaba para la misión de su vida. Sin saber qué le deparaba el destino, Azrael se aventuró en una búsqueda desesperada para desafiar las leyes de la naturaleza e intentar devolver la vida a su hijo, un acto que podría ser más peligroso y costoso de lo que jamás hubiera imaginado.

Answered by gpt-4o

Dec. 4, 2024, 2:40 p.m.

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Published: Wednesday, December 4, 2024

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