**Echoes of a Broken Heart: The Tragedy of Nick Walker**

Era una mañana como cualquier otra en la preparatoria Meadowbrook, pero para James Walker, cada día era una batalla diferente. A sus 16 años, James era un joven apasionado por la ciencia y la literatura, pero su apariencia frágil y su amor por el estudio lo convertían en el objetivo perfecto para los matones de la escuela. Sin embargo, lo más doloroso de todo no eran los insultos o las burlas de sus compañeros, sino el desprecio que recibía de su propio padre, Nick Walker. Nick, el entrenador de gimnasio de la preparatoria, era todo lo contrario a James. Con 30 años, era un hombre atractivo, musculoso y un fisiculturista egocéntrico que no soportaba la idea de tener un hijo que no siguiera sus pasos. Para Nick, James era una constante decepción, un recordatorio de que alguien tan débil podía llevar su sangre. Los días de James se tornaban cada vez más oscuros, pero una luz de esperanza apareció cuando conoció a Emily, una chica de 17 años que, aunque no estaba particularmente interesada en él, siempre había sido amable. James se enamoró de ella en silencio, soñando con el día en que reuniría el valor para confesarle sus sentimientos. Sin embargo, Nick había notado la mirada embelesada de James hacia Emily y se le ocurrió una idea cruel para humillar aún más a su hijo. Había escuchado que Emily quería salir con él, así que decidió utilizar ese anhelo a su favor. Le propuso a Emily un trato: si ella jugaba con los sentimientos de James durante tres meses, él tendría una cita y, potencialmente, una relación con ella. Emily, atraída por la idea de estar con el popular y apuesto entrenador, aceptó el trato sin saber el daño que causaría. Durante esos tres meses, Emily comenzó a acercarse a James, haciéndolo creer que podría haber algo más entre ellos. James, en su inocencia, se sentía el joven más afortunado del mundo. Sus días ahora tenían color y alegría, y su corazón frágil parecía latir con más fuerza que nunca. Un día, al escuchar ruidos extraños provenientes del gimnasio, James decidió investigar. Siguiendo el sonido, se encontró con la escena desgarradora de su padre y Emily en un encuentro íntimo. El dolor en su pecho fue inmediato, pero las palabras crueles de su padre fueron el golpe final: "¿Creíste que ella estaría con un perdedor como tú?" El corazón de James, tan débil como siempre, no soportó la tensión y sufrió un fuerte infarto. Cayó al suelo, inconsciente. Nick, al ver la gravedad de la situación, llevó a James al hospital. Allí, los médicos le informaron que su condición era crítica y que estaba en cuidados intensivos. Por primera vez en su vida, Nick sintió culpa y remordimiento. Entró en la habitación de James y, al ver a su hijo tan frágil, las lágrimas comenzaron a fluir. James, con un hilo de voz, le dijo: "Sé que moriré muy pronto. Acepto mi destino. Tú me hiciste mucho daño, pero no quiero irme sintiendo odio. Te perdono, Nick Walker." Al término de sus palabras, James exhaló su último suspiro. Nick, destrozado, abrazó el cuerpo sin vida de su hijo y lloró con un dolor desgarrador. Sintió el karma cobrarse todo el daño que había hecho, arrebatándole lo único valioso que tenía. Después de la muerte de James, Nick fue despedido de la preparatoria por el daño que le había causado a su propio hijo, y ninguna otra institución quiso contratarlo. Con el tiempo, la culpa y la pérdida lo llevaron a perder la razón. En su mente, su hijo aún estaba vivo, y juntos realizaban actividades como padre e hijo. Así, Nick Walker, el hombre que nunca quiso aceptar la debilidad de su hijo, terminó viviendo en un mundo de ilusiones, castigado por su propia conciencia y por un destino que le hizo pagar el precio más alto.