"Echoes of a Broken Heart: Nick Walker's Sorrow"

Hace mucho tiempo, en una preparatoria común y corriente, había un joven llamado Erik Walker. Erik era un chico de 16 años, introvertido y amante de los libros, que a menudo se encontraba en el punto de mira de acoso escolar. Sin embargo, su tormento no provenía solo de sus compañeros de escuela, sino también de una fuente mucho más cercana y profundamente dolorosa: su propio padre. Nick Walker, un hombre de 30 años, era el entrenador de gimnasio de la escuela. Musculoso, apuesto y egocéntrico, Nick había construido su vida y su reputación en torno a su físico impecable y su narcisismo desmedido. Para él, la debilidad no era tolerable, especialmente en su propio hijo. Desde que Erik era niño, Nick mostraba abiertamente su desdén por él, negándose a aceptar que alguien tan débil llevara su sangre. En la preparatoria, los jugadores del equipo de fútbol americano, inspirados por el desprecio que Nick sentía por su hijo, se sumaban al acoso. Erik, sin embargo, soportaba estoicamente, aunque en su interior luchaba con un grave problema cardíaco del que nadie, incluido su propio padre, estaba al tanto. Erik se había enamorado de una chica llamada Emily, de 17 años, una estudiante carismática y popular por la cual muchos suspiraban. Emily, consciente de los sentimientos de Erik, siempre había sido amable con él, aunque sin comprometerse demasiado. Un día, Nick, al notar la atracción que Emily también sentía por él, trazó un plan cruel. Nick prometió a Emily una relación con él a cambio de que ella jugara con los sentimientos de Erik durante tres meses. A regañadientes, Emily aceptó el trato. Durante esos meses, ella fingió interés por Erik, llevándole momentáneas alegrías que nunca había conocido. Erik, ingenuamente feliz, sentía que su vida finalmente mejoraba. Sin embargo, un día Erik escuchó ruidos provenientes del gimnasio fuera de horario. Intrigado, se acercó y descubrió a su padre y a Emily en un momento íntimo. La escena destrozó su corazón, y cuando intentó retirarse, Nick le lanzó una mirada fría y cruel. "¿Realmente creíste que ella estaría con un perdedor como tú?" dijo Nick, con una sonrisa de superioridad. Esas palabras fueron el golpe final. Erik se desplomó en el suelo, víctima de un intenso infarto. Nick, dándose cuenta de la gravedad, corrió hacia él y lo llevó al hospital. Los médicos, al ver la situación, lo trasladaron de inmediato a cuidados intensivos. El equipo médico informó a Nick que el corazón de Erik estaba muy débil y que la situación era crítica. Por primera vez en su vida, Nick sintió una punzada de culpa y remordimiento. Entró a la habitación de su hijo y lo vio conectado a varias máquinas, frágil y vulnerable. Erik, con un hilo de voz, dijo: "Sé que moriré pronto. Acepto mi destino. Tú me hiciste mucho daño, pero no quiero irme con odio en mi corazón. Te perdono, Nick Walker." Con esas palabras, Erik exhaló su último aliento. Nick, devastado por la pérdida, comenzó a llorar y a gritar, abrazando el cuerpo sin vida de su hijo. Comprendió en ese momento que había perdido lo único verdaderamente valioso que tenía. La noticia del maltrato y la muerte de Erik se esparció rápidamente, y Nick fue despedido de la preparatoria. Nadie más quiso contratarlo. Sufrió una caída en desgracia y, con el tiempo, perdió la razón. En su mente rota, vivía en una realidad alternativa donde Erik aún estaba vivo y compartían actividades como si fueran un padre y un hijo unidos por el amor. El destino le cobró a Nick por todas sus malas acciones, dejándole una existencia vacía y llena de remordimientos, sin capacidad alguna para recuperar lo que había perdido para siempre.