Dentro de las Sombras: La Transformación Inesperada de un Vampiro Narcisista y el Legado Familiar

El vampiro, llamado Lucien, era sin duda el espécimen más magnífico de su clase. Su cuerpo perfectamente esculpido, perennemente congelado en un atractivo estado de aparente juventud, era el símbolo de su virilidad y poder. Una noche mientras vagaba por las calles oscuras en busca de su próximo alimento, se encontró con un joven de apariencia ordinaria con un lunar distintivo. Lucien reconoció inmediatamente el lunar, solo los de su linaje compartían ese rasgo. Lucien, sin perder un momento, decidió usar sus poderes para acceder a los recuerdos del joven y supo que este, llamado Edgar, era de hecho su hijo, nacido de su breve encuentro con una mujer humana hace más de 16 años. Lucien, aunque egocéntrico y narcisista, sintió una punzada de remordimiento y decidió reparar su error. Llevó a Edgar a su mansión para criarle de la manera cómo su propio padre le había educado hace 500 años: enseñándole etiqueta, artes marciales, estrategia, diplomacia y liderazgo. Pero Edgar tenía un sueño: quería ser abogado. Le explicó a Lucien que tenía la oportunidad de estudiar en las mejores universidades de su país gracias a sus excelentes notas. Para Lucien, la única 'mejor universidad' estaba en Europa y no le gustaba la idea de que su hijo, miembro de un linaje real, se convirtiera en un simple trabajador. Sin embargo, respetó la pasión de Edgar y permitió que continuara sus estudios. Pronto ocurriría un desafío mayor, Edgar llevaba varios días sin ir a la escuela, y temía que las autoridades pudieran empezar a buscarle. A regañadientes, Lucien se presentó en la preparatoria de Edgar, interpretando el papel de un padre amoroso, sabiendo que debía mantener la apariencia de normalidad si quería que Edgar fuera admitido en la sociedad humana. En adelante, Lucien jugó un doble papel, manteniendo un ojo vigilante sobre su hijo en la escuela y en el hogar, lidiando con su nueva vida como padre y rey de los vampiros, mientras intentaba balancear la cría y educación de su hijo entre dos mundos muy diferentes. En esta historia, Edgar se convierte en la inspiración para un cambio en Lucien, quien después de siglos de comportamiento egocéntrico y egoísta, comienza a entender y valorar las conexiones humanas y la paternidad. Incluso empieza a respetar a los humanos, particularmente a su hijo, de una forma que nunca antes había considerado.