De Fracaso a Poder: Intercambio Mágico

**El Deseo del Nerd** Había una vez un joven de 17 años llamado Marcos, que bastante lejos estaba del estereotipo de popularidad y atractivo en su escuela. Delgado, con lentes de gran aumento y siempre cargando consigo los libros más nuevos sobre física cuántica, Marcos era el blanco perfecto para los bullies. Su principal verdugo era el entrenador del equipo de fútbol americano, el Profe Rivas, un hombre de 33 años con un físico imponente, un ego desmedido, una billetera siempre rebosante y una actitud narcisista. Un día, exhausto y harto después de una humillante jornada escolar, Marcos decidió refugiarse en una tienda de antigüedades local, un lugar donde pocos de sus compañeros de clase se atreverían a entrar. Entre tanta curiosidad, encontró una lámpara antigua que le llamó la atención por su diseño intrincado y gastado. De regreso a casa, entre la emoción de su compra y la frustración acumulada del día, Marcos frotó la lámpara intentando limpiarla un poco mejor. Con un destello inesperado, una figura etérea emergió de la lámpara; era un genio dispuesto a concederle un deseo. Sin pensárselo mucho y arrastrado por un arrebato de indignación, Marcos exclamó: "Deseo dejar de ser yo y ser mi entrenador". Fue lo último que dijo antes de caer en un profundo sueño. A la mañana siguiente, cuando despertó, se encontró en una habitación inmensa y lujosa, algo completamente ajeno a él. Miró alrededor y se percató de que estaba vestidos con boxers muy ajustados, revelando un físico atlético y robusto. Corrió hacia un espejo a cuerpo entero y se vio reflejado: era el mismísimo Profe Rivas. Marcos flexionó sus músculos, impresionado por la fuerza y la perfección de su nuevo cuerpo. Nunca se había sentido tan poderoso, y decidió que este cuerpo sería suyo para siempre. Sin embargo, desconocía que la gran cantidad de testosterona que ahora poseía comenzaría a afectar su mente, volviéndolo arrogante y narcisista, igual que el verdadero Profe Rivas. Pensando rápidamente en cómo manejar la situación y no levantar sospechas, Marcos decidió forjar una mentira: hizo correr el rumor de que el verdadero Profe Rivas (ahora en el cuerpo de Marcos) era su novio. Sin embargo, lo que comenzó como un intento desesperado por ocultar la verdad, se transformó en algo más complejo y profundo. Marcos, en su nuevo cuerpo, empezó a enamorarse de la persona que una vez fue su torturador. Pero lo que más amaba era la perfección de su nuevo físico, algo que nunca habría cambiado por nada en el mundo. A pesar de todo, la arrogancia y el narcisismo que habían aflorado en él lo mantenían decidido a no regresar a su anterior vida. Los días pasaron y el antiguo Profe Rivas, ahora reducido al cuerpo débil de Marcos, se encontró cada vez más sometido y dependiente. A pesar del cambio de roles, una especie de simbiosis distorsionada se formó entre ellos, un vínculo inevitable que nació del deseo, el poder y la vulnerabilidad compartida. El nuevo Profe Rivas comprendió que nunca encontraría la verdadera satisfacción en su nuevo cuerpo si no aceptaba parcialmente lo que había sido. Así, mientras vivía la vida de Profe Rivas, comenzó a mostrarse un poco más amable y considerado con aquellos que lo rodeaban, especialmente con el chico que una vez fue. Y así, Marcos, ahora transformado, siguió adelante con su vida, aprendiendo a navegar entre sus nuevos impulsos y viejos valores, encontrando a su manera un equilibrio entre el narcisismo impuesto y el amor que, en contra de toda lógica, surgió de la tragedia y el deseo.