Daniel: De Nerd a Protegido

Había una vez en una pequeña ciudad, un joven de 14 años llamado Lucas. No era el más fuerte ni el más popular en su preparatoria. De hecho, era todo lo contrario: un nerd flacucho y no muy agraciado que solía pasar desapercibido, salvo cuando sus compañeros lo molestaban. El bullying se intensificaba especialmente en el gimnasio de la prepa, donde Nick Walker, un fisiculturista atractivo y musculoso de 30 años, era el entrenador. Nick no solo brillaba por su aspecto físico imponente, sino también por su naturaleza autoritaria y, a menudo, cruel. Nick disfrutaba intimidando a Lucas, reafirmando su poder y sacando risas de los demás con insultos y humillaciones. Para Lucas, el gimnasio era un purgatorio. Un día, al salir de la escuela, Lucas deambulaba por las calles solitarias del vecindario hasta que algo llamó su atención en una pequeña tienda de antigüedades. En un rincón polvoriento, encontró una lámpara dorada y misteriosa. Recordando historias de genios y deseos, decidió comprarla con los pocos ahorros que tenía. Esa misma noche, con la lámpara en sus manos, Lucas frotó suavemente su superficie. Un humo azul comenzó a salir, formando un genio imponente que le ofreció concederle un deseo. Sin pensar demasiado, y con su mente aún aturdida por los eventos del gimnasio, Lucas pidió: "Deseo que Nick Walker sea mi padre sobreprotector, amoroso y posesivo." Al día siguiente, Lucas despertó en un lugar totalmente diferente. Ya no estaba en su pequeña habitación desordenada. Se encontraba en una espaciosa y elegante habitación decorada con buen gusto. Todo en el apartamento era de lujo: los muebles, las vistas desde la ventana y hasta sus propias pertenencias. Confundido, bajó las escaleras y se topó con la figura imponente de Nick Walker, pero algo había cambiado. Nick lo miró con ternura y preocupación, un contraste absoluto con el hombre cruel que conocía. "Buenos días, hijo", dijo Nick con una sonrisa. "¿Cómo dormiste? Estaba preocupado por ti." Lucas no podía creer lo que estaba escuchando. Respondió tímidamente, aún en shock: "Eh... bien, gracias... papá." Durante las siguientes semanas, la vida de Lucas dio un giro radical. En la preparatoria, los días de ser acosado eran cosa del pasado. Nadie se atrevería a meterse con él ahora, sabiendo quién era su padre. Nick, con su estatura formidable y su papel protector, aseguraba que Lucas estuviera siempre seguro y cómodo. Los deportistas y los chicos populares que antes lo ignoraban ahora lo trataban con respeto y hasta se ofrecían a ayudarlo en clases, cumpliendo la misión de cuidarlo que Nick, su nuevo padre, había encomendado. Si bien la vida de Lucas mejoró ostensiblemente, había algo más profundo que también había cambiado. Con el tiempo, empezó a ver en Nick un modelo a seguir y se sintió respaldado de una manera que nunca había experimentado. La transformación de su relación no solo alivió la angustia de su vida escolar, sino que también le dio un sentido de pertenencia y amor que había anhelado desde que era muy pequeño. Al final, Lucas entendió que la lámpara le había dado más que un nuevo padre. Le había dado una nueva vida y la oportunidad de construir recuerdos felices. Aunque no podía cambiar el pasado, ahora tenía un futuro brillante con alguien que, contra todo pronóstico, se había convertido en su protector y en el padre amoroso que siempre había soñado.