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Question: Escribe una historia en la que Aurelio Casillas, el viril y atractivo capo de capos conocido como el Señor de los Cielos, tenga un unico punto debil y ese sea su unico hermano menor que desde niños fueron unidos e inseparables, pero de adultos tomaron caminos diferentes. Cuando Aurelio ingreso al narcotrafico y empezo a tener poder, su hermano le suplico que dejara ese negocio que nunca le traeria nada bueno, Aurelio no escucho a su hermano y siguio en ese negocio. Cuando el joven vio que su hermano no le importaba matar a sangre fria, le escribio una carta en la que se despedia y le decia que no podia seguir viviendo con un criminal que asesinaba a gente inocente, Aurelio al leer esa carta, se enfurecio y dijo a partir de este momento estas muerto para mi hermano, prefieres la pobreza pos sigue siendo pobre, has muerto para mi y despues quemo todas las fotos de su hermano, menos una en la que estaban los dos abrazados. Pasaron los años y ninguno de los dos vio al otro, el joven cuando escuchaba noticias sobre los delitos de su hermano se entristecia y lloraba en su habitacion por las decisiones equivocadas de su hermano.En el caso de Aurelio su orgullo no lo dejaba aceptar que estrañaba a su hermano su pequeño rayito de luz como le decia cuando eran niños, porque mientras Aurelio era el fuerte, el viril, el aguerrido y el guapo, su hermano era debil, sencillo, noble y un pacifista que pensaba que todo se puede arreglar por palabras, a pesar de eso Aurelio lo amaba, era su rayo de luz, pero por la traicion segun Aurelio sentia ira, rencor y odio hacia su hermano por esa traicion segun el.Un dia, los hombres de Aurelio capturaron por ordenes de su patron a una senadora que se convirtio en el estorbo que debia eliminar, esa senadora era sin saber la esposa de su hermano,cuando el joven supo que su esposa fue secuestrada, el solo arriesgando su vida entro a la hacienda de su hermano y al ver que Aurelio le estaba apuntando, le dijo: Aurelio a ella dejala ir, si quieres matar a alguien que ese sea yo, Aurelio al ver a su hermano despues de muchos años, el amor y el odio que sentia lo afectaron, dio la orden a sus hombres que a la mujer la llevaran adentro, luego se acerco a su hermano y lo empezo a golpear diciendole como te atreves a presentarte ante mi despues de que me abandonaras y me traicionaras, porque me dejaste, si yo te amaba mi pequeño rayo de luz, el joven herido por los golpes le dijo: yo siempre te quedre hermano, yo me fui porque no soportaba ver que mi amado hermano se haya convertido en este criminal que asesina y mata por poder y dinero, no podia seguir viendo que mi amado hermano siguiera cavando la tumba que siempre trae ese negocio, ya me tienes aqui si quieres matame, porque segun tu asi se paga la traicion, hazlo matame, Aurelio en un momento de ira , disparo la pistola y el joven cayo por el impacto de bala, Aurelio al ver al joven en un charco de sangre, se acerco y dijo que hice, que hice, resiste por favor mi pequeño rayo de luz, en ese momento llamo a sus hombres, y le dijo traiganme al medico, y Aurelio tomo al joven lo llevo a su habitacion, el medico entro le saco la bala y le dio Aurelio todos los medicamentos que el joven necesitaba, la esposa del joven escapo del sitio donde estaba y entro a la habitacion en donde estaba su esposo, la mujer se acerco y le dijo resiste amor, aqui estoy, Aurelio al ver que esa mujer que era su estorbo era la esposa de su pequeño rayo de luz, le perdono la vida, y luego le dijo, te perdono la vida porque eres la vieja de mi hermano, si quieres seguir viviendo dejaras la politica y seras la esposa que mi hermano merece, ustedes las mujeres casadas nunca deben estar en politica, eso es cosa de hombres, debes estar en la casa, encargarte del hogar, de los hijos y del marido, entendiste, no le diras nada a mi pequeño rayo de luz, ahora vete, yo cuidare de mi pequeño rayo de luz. Luego se acerco a su hermano, lo abrazo posesivamente y le dijo: ahora estaras a mi lado mi pequeño, nunca te dejare ni permitire que me dejes, eres mio y solamente mio, viviras aqui conmigo, con tu vieja no te preocupes, le perdone la vida, vivira contigo, pero ya me encargue de enseñarle su lugar como una señora, te falto mano dura hermano, pero para eso estoy yo para poner orden, duerme mi pequeño, cuidare tus sueños. Ahora con su hermano a su lado, ya esta completo, tiene lo que mas ama de nuevo con el y esta vez se asegurara que nunca lo abandone, para Aurelio lo sagrado eran sus negocios y su pequeño rayo de luz.
Aurelio Casillas, conocido en el mundo del narcotráfico como el temido y respetado "Señor de los Cielos", lo tenía todo: poder, dinero, y un imperio que él mismo había construido con puño de hierro. Pero, dentro de todo ese entramado de poder y violencia, Aurelio tenía un único punto débil, un secreto que lo mantenía humano: su hermano menor, Lucas. Desde niños, ambos hermanos fueron inseparables. Mientras Aurelio siempre destacaba por su fuerza, virilidad y valentía, Lucas era su contrapunto: noble, pacífico, y fiel creyente en que todas las dificultades podían resolverse con palabras. A medida que crecían, sus caminos tomaron rumbos opuestos. Aurelio se sumergió en los peligros del narcotráfico, y Lucas, lleno de preocupación, le suplicó que abandonara esa vida peligrosa. Pero las súplicas de Lucas no fueron escuchadas. El poder y la oportunidad de dominar el mundo turbio del crimen eran demasiado tentadores para Aurelio. Finalmente, la gota que colmó el vaso fue cuando Lucas vio a su hermano matar a sangre fría a una persona inocente. No pudo soportarlo más y le dejó una carta a Aurelio en la que le decía que no podía seguir conviviendo con un asesino. La carta estaba cargada de tristeza y decepción, ambos sentimientos que Lucas plasmó en cada palabra mientras se despedía. Aurelio, orgulloso y furioso, reaccionó quemando todas las fotos de su hermano, salvo una en la que estaban abrazados, un recuerdo de tiempos más sencillos y felices. "Has muerto para mí, hermano", murmuró Aurelio mientras las llamas consumían las imágenes. Aunque en su corazón, un remolino de emociones comenzaba a gestarse: ira, dolor y un profundo sentimiento de traición. Pasaron los años y cada uno siguió su camino sin volverse a cruzar. Lucas se alejaba de su hermano, siguiendo una vida sencilla y pacífica, aunque cada noticia sobre los crímenes de Aurelio le hacía llorar en la soledad de su habitación. Por su parte, Aurelio, aunque intentaba ignorarlo, no podía escapar del vacío que la ausencia de Lucas había dejado en su vida. Un día, el destino jugó una carta inesperada. La senadora Julia Morales, conocida por su lucha contra el crimen organizado, fue secuestrada por órdenes de Aurelio, sin que él supiera que se trataba de la esposa de su hermano. Cuando Lucas se enteró del secuestro de su amada Julia, decidió enfrentarse a cualquier peligro, incluso si eso significaba ver nuevamente a su hermano mayor. Entrada la noche, Lucas logró infiltrarse en la hacienda de Aurelio. Cuando finalmente se encontró frente a él, se interpuso entre su esposa y la pistola de su hermano. "Aurelio, déjala ir", dijo Lucas con voz firme pero cargada de emoción. "Si necesitas sangre, que sea la mía. No la toques a ella". Aurelio vaciló; era la primera vez en muchos años que veía a su hermano. Sus sentimientos se entrelazaron en una tormenta de amor reprimido y odio arraigado. Dio la orden de llevar a Julia a otra parte y se acercó a Lucas, la rabia brotando en cada movimiento. "¿Te atreves a presentarte aquí después de traicionarme?", gritó mientras comenzaba a golpearlo. "¿Me abandonaste, me dejaste siendo un criminal? ¡Si tanto te importaba, te hubieras quedado!". Lucas, herido, le respondió con voz temblorosa: "Siempre te quise, hermano. Me fui porque no podía soportar verte convertirte en un monstruo. No podía mirar cómo cavabas tu propia tumba y la de tantos inocentes. Si pensás que te traicioné, entonces hazlo, mátame. Paga mi traición". En un arrebato de ira, Aurelio disparó. Vio a su hermano caer, desangrándose en el suelo. En ese momento, una profunda realización lo golpeó. "¿Qué he hecho?", susurró y se arrodilló junto a Lucas. "Resiste, por favor, mi pequeño rayo de luz". Llamó a sus hombres y ordenó traer a un médico. Lucas fue llevado a una habitación, y el médico lo atendió, sacándole la bala y dándole los medicamentos necesarios. Julia, que había logrado escapar, irrumpió en la habitación y corrió hacia Lucas. Aurelio, al ver a la esposa de su hermano, comprendió quién era realmente. "Te perdono la vida porque eres la esposa de mi hermano", le dijo fríamente. "Pero dejarás la política. De ahora en adelante, tu lugar estará en el hogar, con mi hermano. No debes saber nada de esto". Luego se acercó a Lucas, lo abrazó con fuerza y susurró: "Ahora estarás a mi lado, mi pequeño rayo de luz. Nunca más te dejaré ir. Eres mío y solo mío. Vivirás conmigo y Julia también, pero ella sabrá su lugar". Con Lucas a su lado, Aurelio sintió que finalmente su mundo estaba nuevamente completo. Pero ahora, más que nunca, se aseguraría de que su pequeño rayo de luz nunca lo abandonara de nuevo. Para Aurelio, sus negocios y su hermano eran lo más sagrado, y haría cualquier cosa para protegerlos.
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