Cambio de cuerpos: Aprendiendo a Amar y Aceptarse Tal como Eres

Una vez trabajó un hombre de 28 años llamado José en una gran empresa. José era, para muchos, un blanco fácil debido a su sobrepeso, su aspecto no muy atractivo, y su aparente falta de fortaleza. Además, era abiertamente gay, lo que significa que a menudo se encontraba bajo el yugo del bullying del egocéntrico y narcisista gerente de 29 años, Carlos. Carlos, apuesto y musculoso, parecía ser todo lo que José no era. Pero todo esto cambió una tarde lluviosa como ninguna otra. José y Carlos se encontraban juntos en el ascensor cuando de repente un rayo golpeó el edificio, sobrecargando los sistemas eléctricos del ascensor. Los dos hombres perdieron la conciencia y cuando despertaron, nada era como antes. José se levantó para encontrarse con músculos robustos, una espalda anchísima y un rostro atractivo reflejado en las puertas metálicas del ascensor. En cierto modo, sabía que algo extraño había sucedido. Volteó hacia Carlos que, aterrado, contemplaba un cuerpo gordito y débil que ahora estaba a su cargo. En ese momento, entendieron que habían intercambiado cuerpos. José, en su nuevo cuerpo, quedó sorprendido al ver reflejados sus músculos y pectorales en el espejo. Adoraba su nueva figura, y por primera vez en mucho tiempo, se sintió completamente satisfecho consigo mismo. Sus manos exploraban cada curva y fibra muscular, los bíceps, tríceps y abdominales duro como una roca. La admiración por el físico de Carlos también acarreó un cambio inesperado: la adquisición de su personalidad. José comenzó a comportarse como el antiguo gerente, su actitud se volvió dominante y arrogante, en lugar del empleado tranquilo, tímido y bondadoso que solía ser. Además, su atracción hacia los hombres había desaparecido completamente, y comenzó a sentirse atraído por las mujeres. Por otro lado, Carlos, atrapado en el cuerpo de José, no soportó los cambios. Sus tácticas de bullying antes efectivas se volvieron inútiles, y no podía adaptarse a su nueva vida. Bajo la presión, y sin la resistencia mental que José había construido a lo largo de los años, Carlos murió en el cuerpo de José. Las vidas de ambos hombres cambian radicalmente después de ese suceso extraño, con José disfrutando de su nueva vida y lamentando la muerte de Carlos, al darse cuenta de que el aspecto físico y la personalidad no lo son todo en la vida.