Brothers at War: Love and Betrayal in the Casillas Empire.

En las profundas sombras del inframundo criminal, Aurelio y Amado Casillas, los hermanos y capos de capos de la mafia, se encontraban en una encrucijada que cambiaría el curso de sus vidas y de su imperio. A pesar de ser medio hermanos, sus caminos se habían cruzado solo en sus trayectorias delictivas, nunca en sus corazones. De niños, Aurelio y un joven llamado Nicolás habían sido inseparables. Para Nicolás, Aurelio era un leal amigo, pero para Aurelio, Nicolás representaba su primer y verdadero amor. El lazo se rompió cuando Nicolás ganó una beca y se fue a estudiar, convirtiéndose finalmente en un policía honrado. Aurelio, sin embargo, nunca pudo olvidar esos días, y el vacío que dejó Nicolás se llenó con una sed interminable de poder y riquezas. Amado, por su parte, también encontró en Nicolás a un ser querido, pero en circunstancias diferentes. Siendo un agente de la DEA encubierto, conoció a Nicolás en un operativo y crearon un vínculo fuerte. La traición del destino hizo que Amado dejara la DEA para entrar en el mundo del crimen, siempre con el propósito de amasar una fortuna que algún día pudiera compartir con su querido amigo y, para él, amante secreto. El destino nuevamente tejió sus hilos de tragedia y sorpresa, cuando Nicolás, investigando a los Casillas, fue capturado por ambos hermanos. En una oscura y húmeda bodega, Aurelio se paró frente a él, su rostro severo y apasionado. "Según mi código deberíamos matarte, pero haré algo mucho mejor", dijo Aurelio con voz ronca. "Te tomaré y te haré mío, por todos estos años en que tú, prefiriendo tu beca, me abandonaste. Siéntete honrado por ser tomado por mí. Después de esta noche, serás mío todas las noches". Sin que Aurelio pudiera continuar, una voz interrumpió la tensión. Amado apareció, sus ojos encendidos de furia y pasión. "Espera, Aurelio, el es mío y de mi propiedad. Por él abandoné la DEA; quería tener el dinero para darle la vida de un rey. Él no recuerda que cuando estaba ebrio hicimos el amor y no pienso permitir que tú pongas tus manos en mi novio, aunque él ahora lo ignore". Las palabras de Amado desencadenaron una tormenta de emociones contenidas. La sorpresa y la ira en los ojos de Aurelio reflejaban la profundidad de su traición percibida. En ese momento, la tensión entre los hermanos se convirtió en un odio palpable. Amado se llevó a Nicolás, tratando de proteger lo que consideraba su amor. Lo cuidó con ternura, mostrándose atento, detallista y romántico. Para Amado, incluso en los momentos más íntimos, Nicolás era su paraíso terrenal, la razón de su existencia y su gran sacrificio. Pero la paz entre los hermanos se quebró definitivamente. Los Casillas, antaño fortalezas invulnerables aliados indestructibles, ahora eran enemigos acérrimos, sus ejércitos enfrentándose en una guerra sin cuartel ni tregua. La lucha por el control y la supremacía que antes compartían, ahora se teñía de sangre y se alimentaba de un amor que estaba destinado a quebrarlos. Así, una singular lucha de poder, deseo y amor prohibido selló el destino de los hermanos Casillas en una vorágine de traiciones y batallas, donde solo uno sería el vencedor, pero ambos habrían perdido, quizá para siempre, aquello que más anhelaban.