Blood Vengeance: A Shadow's Legacy

Hace mucho tiempo, en una ciudad donde el día despedía la luz y la noche traía consigo secretos oscuros, vivía un hombre llamado Alexander. A los 15 años, Alexander perdió al amor de su vida, Elena, cuando ella falleció al dar a luz a su hijo, Nicholas. Esta tragedia llevó a Alexander a convertirse en un hombre frío y egocéntrico. Al crecer, sus músculos robustos y su atractivo físico le ganaron admiración y poder, pero su corazón se endureció hacia todos, incluyendo a su propio hijo. Alexander se dedicó a construir su fortuna a costa de descuidar a Nicholas, quien fue criado entre el personal de la casa y los fríos pasillos de su lujosa mansión. Nicholas era todo lo contrario a su padre. Mientras Alexander se deleitaba en el hedonismo y la superficialidad, Nicholas encontraba refugio en los libros y la ciencia. Esto desencadenó en Alexander un desprecio hacia su hijo, a quien veía como una vergüenza: un débil y nerducho, incapaz de reflejar su propia imagen de poder y éxito. Las humillaciones y el bullying hacia Nicholas se hicieron moneda corriente en su relación. Una noche, Alexander encontró consuelo en los brazos de una mujer especialmente deslumbrante en una de las oficinas de su imperio. Pero esta mujer resultó ser una vampiresa, y en un arrebato de pasión y oscuridad, ella lo mordió, transformándolo en un ser de la noche sediento de sangre. La inevitable transformación llevó a Alexander a mantener su nueva existencia en secreto, desarrollando un apetito insaciable que lo impulsaba a cazar y matar mujeres inocentes en oscuros callejones. Una fatídica noche, Nicholas, preocupado por la brusca y siniestra transformación de su padre, decidió seguirlo. Escondido entre las sombras, el joven vio a su padre atacar a una mujer. La valiente intercesión de Nicholas llegó demasiado tarde; la vida había abandonado el cuerpo de la joven víctima. Desesperado, Nicholas se enfrentó a la monstruosa figura de su padre, dispuesto a detenerlo, aún a costa de su propia vida. Alexander, cegado por su instinto vampírico, se abalanzó sobre Nicholas. Pero algo lo detuvo en el último momento. Percibió el aroma familiar de su sangre y, con un destello de reconocimiento, susurró, "Cría... no te lastimaré, eres mi cría y solo mía." Con un gesto posesivo, tomó a Nicholas y lo llevó volando a la mansión. En la seguridad de su hogar, Nicholas se dio cuenta de que algo había cambiado en los ojos de su padre. La frialdad fue sustituida por una enfermiza combinación de amor y posesividad. Alexander, ahora dominado por su instinto de progenitor vampírico, decidió proteger a su cría a cualquier costo. Vio los recuerdos de Nicholas, cada acto de bullying y humillación que había soportado, y una furia implacable lo consumió. Uno por uno, aquellos que habían hecho sufrir a su hijo fueron cazados y asesinados de manera brutal. Al descubrir las atrocidades cometidas por su padre, Nicholas intentó huir. Sin embargo, Alexander lo detuvo con una amenaza terrible: "Si me abandonas, mataré a cada persona en esta ciudad para encontrarte. ¿Eso es lo que quieres? ¿Ver miles de patéticos humanos muertos, mi pequeña cría?" Aterrorizado por la idea de más sufrimientos y muertes, Nicholas hizo un pacto oscuro con su padre. "Me quedaré si me prometes que no matarás a más inocentes", exigió. Alexander, cautivado por el amor y la necesidad de proteger a su hijo, accedió a la petición. Con una promesa posesiva, lo abrazó con fuerza, sellando así su destino compartido en una vida de sombras y secretos, donde el amor y la oscuridad se entrelazaban de manera letal.