**Bajo la Sombra del Capo: Amor y Traición en un Mundo de Oscuridad**

Aurelio Casillas, conocido en el submundo como el Señor de los Cielos, era un hombre temido y respetado. Atractivo, musculoso, ególatra y cruel, siempre había obtenido todo lo que deseaba. Pero había una mujer que había osado rechazarlo y traicionarlo, una afrenta que él no estaba dispuesto a perdonar. Aurelio había decidido vengarse de la única manera que conocía: a través del dolor y el poder. Esa mujer tenía un hermano menor, un joven nerd de 18 años llamado Mateo. Mateo era inocente e ingenuo, completamente alejado del oscuro mundo en el que Aurelio se movía. Aurelio trazó su plan con precisión y se presentó ante Mateo con una identidad falsa, la de un empresario exitoso y carismático. Poco a poco, fue conquistando el corazón del joven, convirtiendo lo que comenzó como un juego cruel en un sentimiento genuino. Por primera vez en su vida, el corazón del imbatible capo había sido conquistado. A pesar de sus muchos intentos de reconectarse con sus amantes, cada vez que intentaba tener sexo con ellas, solo podía pensar en Mateo. Su presencia lo había marcado de una manera que él mismo no había anticipado. Cuando Mateo le confesó que quería presentarlo ante su familia como su novio, Aurelio supo que algo debía hacerse. Si Mateo descubría su verdadera identidad, todo su plan y sus sentimientos podrían desmoronarse. Esa noche, Aurelio fue al encuentro de la hermana de Mateo, la mujer que había sido la fuente de su traición. Mientras acababa con su vida, le susurró al oído: "Me deshice de ti porque me estorbabas en mi camino. No pienso perder a tu hermano. Tranquila, yo voy a cuidarlo y protegerlo." Con ella fuera del camino, Aurelio mantuvo su secreto y su amor por Mateo a salvo. Con el tiempo, Aurelio y Mateo se casaron en una ceremonia secreta. Mateo todavía no conocía la verdadera identidad de su marido y creía que estaba unido a un exitoso empresario. La noche de bodas, en una de las lujosas haciendas de Aurelio, los dos se entregaron al placer, ignorantes de la oscuridad que les rodeaba. Pasaron semanas de aparente felicidad hasta que un día, Mateo descubrió la verdad. Había sido un error entrar a escondidas en el despacho de Aurelio. Al ver a su esposo torturando a un traidor, entendió con horror la verdadera naturaleza del hombre a quien había jurado amar. Escuchó claramente cuando uno de los hombres de Aurelio le dijo: "Patrón, ya conseguí el pasaporte para que usted y su esposo viajen de luna de miel, ya tengo todo ordenado según sus órdenes." Aurelio, sonriendo, respondió: "Buen trabajo. Adiós." Destrozado, Mateo regresó a su habitación y comenzó a empacar frenéticamente. No podía seguir viviendo con un criminal, con el asesino de su hermana. Pero cuando Aurelio lo encontró empacando, su mirada se endureció y con voz fría le dijo: "Si te vas de mi lado, mataré a tu familia como mate a tu hermana. Y te buscaré por cielo y tierra. Eres mío y de nadie más." Mateo, por el bien de su familia, decidió quedarse. Esa noche, aunque su corazón estaba destrozado, el deseo ardiente de Aurelio lo sedujo una vez más. La pasión y el placer que el capo le proporcionaba lo hicieron perder los sentidos. Así, atrapado en una jaula dorada, Mateo vivió un amor que era tanto su bendición como su condena. Y Aurelio, dispuesto a todo para no perderlo, se convirtió en su guardián y su carcelero, en una mezcla peligrosa de amor y posesión.