**Amor y Obsesión: El Narco y el Estudiante**

Había una vez un hombre llamado Aurelio Casillas, conocido en todo el mundo del narcotráfico como "El Señor de los Cielos". Su presencia era imponente: su musculosa figura, su atractivo viril y su fama de ser un mujeriego despiadado lo precedían. Aurelio no conocía límites ni respeto hacia nadie, mucho menos hacia las mujeres que alguna vez habían osado traicionarlo. Durante una expedición en busca de nuevas riquezas, Aurelio y sus hombres encontraron un antiguo templo maya escondido en la selva densa. Creyendo que era una oportunidad dorada para obtener más poder, asaltaron el templo, llevándose todas las joyas y objetos sagrados. Sin embargo, uno de estos artefactos llevaba una maldición que afectaría directamente a Aurelio. Un joven nerd llamado Daniel estaba presente en la escena, estudiando la arquitectura del templo para su tesis doctoral. Era un muchacho delgado, con gafas gruesas y un amor inquebrantable por su profesión. Sin que nadie lo supiera, una antigua fuerza mística eligió ese momento para desencadenar la maldición sobre Aurelio. Poco después, el narco comenzó a sentir una atracción inexplicable y obsesiva hacia Daniel. Desconcertado por sus nuevos sentimientos, Aurelio ordenó a sus hombres investigar todo sobre el joven. Supo que Daniel era un estudiante humilde y sin conexiones poderosas. Decidido a hacer suyo al joven a toda costa, Aurelio comenzó su plan de seducción. En su primer acercamiento, Aurelio, con su carácter avasallador, ofreció a Daniel convertirse en su novio. Daniel, sorprendido y molesto, lo rechazó rotundamente. "Nunca me fijaría en un mujeriego que se cree grande por tener muchas mujeres," le dijo. La negativa enfureció a Aurelio, pero el amor y la obsesión que sentía eran demasiado fuertes. "Si fueras otra persona, te mataría," declaró, "pero tú me has vuelto loco y te digo: serás mi novio y solamente mío." Viendo que su poder y su dinero no lograban conquistar al joven, Aurelio cambió su táctica. Una noche, se acercó a Daniel con un ofrecimiento de paz. "Te dejaré tranquilo," mintió, "no acostumbro a perder, pero antes podríamos beber algo para cerrar esto en buenos términos." Daniel, queriendo mantener la calma, aceptó. No sabía que Aurelio había puesto un potente afrodisíaco en su bebida. El efecto fue inmediato. Bajo el influjo del afrodisíaco, Daniel terminó casándose civilmente con Aurelio en una ceremonia apresurada. Esa misma noche, Aurelio lo llevó a su mansión donde finalmente consumaron su relación. Agitado y posesivo, Aurelio murmuró al oído del joven: "Eres mío, mataré a cualquiera que se atreva a tocarte." Al despertar al día siguiente, Daniel encontró el acta de matrimonio y comprendió la situación. Pensando en su familia y temiendo por su seguridad, decidió quedarse con Aurelio. Sin embargo, no se lo pondría fácil al narco. "Si de verdad me amas, debes terminar con tus aventuras extramaritales y estar solo conmigo," le exigió. Aurelio, atrapado entre el amor verdadero y su propia naturaleza, aceptó las palabras de su amado. Con una combinación de dinero y amenazas, puso fin a sus relaciones con otras mujeres. Así, el desfalleciente Señor de los Cielos se convirtió en el devoto amante de un joven nerd, transformado para siempre por una antigua maldición maya y el poder del amor verdadero.