Amor Robado: Identidad Tras Hechizo

Después de la ceremonia de boda, las festividades continúan hasta altas horas de la noche. Mia, sin sospechar que el hombre con el que se ha casado no es realmente Alberto, se siente contenta y aliviada de haber encontrado el amor. David, ahora en el cuerpo de Alberto, aprovecha cada momento para fortalecer su control sobre la vida de Mia y la aleja sigilosamente de aquellos que podían percibir algún cambio en su personalidad. Las semanas se convierten en meses, y Mia finalmente descubre que está embarazada. La noticia trae una alegría inmensa a la pareja, y David se asegura de mostrar un entusiasmo convincente, aunque en su interior su mente sigue siendo la perversa y manipuladora de David Roldán. Durante este tiempo, comienza a implantar poco a poco su influencia sobre Mia, aislándola de sus amigos y familiares, hasta que ella solo confía en él. Una noche, mientras Mia duerme profundamente, David se sienta a su lado y la observa con una mezcla de satisfacción y posesividad. La acaricia suavemente, disfrutando del control absoluto que ha logrado sobre su vida y de la idea de que pronto será padre. Con una sonrisa siniestra, murmura: "Al fin eres mía, Mia, y ya tendremos nuestro primer hijo. Lastima que mi hijo no llevará el apellido Roldán, pero algún día conocerá la verdad." Sin embargo, la tranquilidad de David no dura mucho. La presencia de Alberto en su propio cuerpo no ha desaparecido por completo; una parte de su esencia sigue luchando en la oscuridad. Poco a poco, Alberto empieza a recuperar pequeños fragmentos de su conciencia, y aunque débil, busca la manera de comunicarse con Mia. Una tarde, mientras Mia está sola en casa, encuentra una vieja caja de recuerdos en el ático. Al abrirla, ve fotos y cartas que le recuerdan al verdadero Alberto y a su intenso pero sincero amor. De repente, una sensación extraña la invade, y siente que algo está terriblemente mal. Las palabras de Alberto, sinceras y amorosas, empiezan a hacer eco en su mente. Con lágrimas en los ojos, Mia decide confrontar a quien cree que es su marido esa noche misma. Cuando David llega a casa, Mia lo confronta con las cartas y las fotos que ha encontrado. A medida que su cuestionamiento se intensifica, algo dentro de David empieza a cambiar. La lucha interna entre David y Alberto alcanza un punto culminante. En medio de la confusión, los ojos de "Alberto" se llenan de lágrimas, y un destello de verdadero amor y arrepentimiento atraviesa su mirada. En ese instante, el hechizo que David había pagado para obtener se debilita. Los recuerdos y la esencia de Alberto empiezan a superar la maldad de David. En un último y desesperado acto de amor, Alberto resurge dentro de su propio cuerpo, forzando a la sombra de David a desaparecer. Mia, al ver el cambio en los ojos de su esposo, se da cuenta de que su verdadero Alberto ha regresado. Ambos lloran y se abrazan con fuerza, sintiendo que han superado la mayor de las pruebas. A partir de ese momento, deciden reconstruir su vida juntos, sabiendo que el verdadero amor puede vencer incluso las fuerzas más oscuras.