**Amor Maldito: Narco y Nerd en Templo Maya**

En un paraje remoto de la península de Yucatán, Aurelio Casillas, el narco más temido de México, ordenó a sus hombres asaltar un antiguo templo maya que, según las leyendas, albergaba riquezas inimaginables. No sabía que esos relatos también advertían sobre una maldición ancestral para aquellos que osaran profanar el santuario sagrado. Desatendiendo tales advertencias, los mercenarios de Casillas irrumpieron en el templo, despojándolo de todos sus tesoros. El saqueo desencadenó la furia de los dioses mayas. Esa noche, aureolado por la luz de la luna llena, Aurelio sintió un dolor punzante en el pecho, como si su corazón estuviera atrapado en un grillete invisible. Fue entonces cuando lo vio: un joven nerd, desgarbado y débil, examinando con cuidado los grabados en las piedras del templo. El chico no tenía ni idea de lo que acababa de suceder, enfrascado en su investigación de arquitectura maya. Los ojos de Aurelio se encendieron al ver al joven. Algo incomprensible le arrastraba hacia él, una necesidad incontenible que nunca antes había experimentado. Rápidamente, Aurelio ordenó a sus mejores hombres investigar cada detalle sobre el chico. Descubrieron que se llamaba Jaime, un estudiante brillante de arqueología, retraído y solitario, más interesado en sus estudios que en las relaciones personales. Un plan empezó a formarse en la mente de Casillas. Utilizaría todo su poder y encanto para conquistar a Jaime. Le propondría algo que nadie podría rechazar. A la noche siguiente, mientras Jaime seguía trabajando, Aurelio apareció con una sonrisa perturbadora y una determinación feroz. —Hola, muchacho. Soy Aurelio Casillas. He oído que te interesa la arquitectura maya—dijo, tratando de parecer accesible pero sin poder ocultar su arrogancia natural. Jaime levantó la vista y, al darse cuenta de quién era, sintió un escalofrío recorriéndole la espalda. Tratando de mantenerse calmado, respondió con franqueza: —Sí, es mi campo de estudio. ¿Puedo ayudarte en algo? Aurelio, sin rodeos, le tomó la mano con firmeza y le susurró: —Quiero que seas mi novio. La reacción de Jaime fue instantánea, retirando su mano bruscamente y frunciendo el ceño: —Nunca me fijaría en alguien que se cree grande por tener muchas mujeres a sus pies. No importa quién seas, no me interesas. La furia se encendió en los ojos de Aurelio, pero también una desesperación que no lograba entender completamente. Con un esfuerzo casi titánico, contuvo su instinto violento. En lugar de eso, proclamó con un tono oscuro pero sincero: —Si fueras otra persona, te mataría ahora mismo por tu insolencia. Pero tú, Jaime, me has vuelto loco. Serás mi novio y solamente mío, te lo juro. Esa obsesión marcó el inicio de una tormentosa relación, donde Aurelio intentó de todo para ganarse el corazón de Jaime: desde lujos y regalos hasta promesas de protección eterna. Pero Jaime, firme en sus convicciones, rechazó cada intento, enseñándole a Aurelio el verdadero significado del amor y el respeto. Día tras día, el despiadado narco encontró en el joven nerd una fuerza superior a cualquier otra que había conocido, una fuerza que finalmente podría redimirlo o destruirlo por completo. Por primera vez en su vida, Aurelio comprendió el precio de sus decisiones y la verdadera lucha por el amor. Y día tras día, ese amor no correspondido lo consumía, transformando al temido "Señor de los Cielos" en un hombre vulnerable ante la mirada firme y desinteresada de un simple estudiante de arqueología.