**Ambición y Redención**

**Dulce Amor: La Verdadera Devoción** En el lujoso mundo de la alta sociedad, Lorenzo Amador siempre se ha mostrado como el villano narcisista, atractivo y metrosexual que todos temen y envidian por igual. Su ambición no conoce límites, y la empresa de su novia, Victoria Bambi, es su último objetivo. Sin embargo, Lorenzo guarda un secreto profundo y oscuro: la única persona a quien realmente ha amado y cuidado es su hermano menor, Daniel, un joven de 15 años. Daniel, a diferencia de Lorenzo, es noble, de buenos sentimientos, y un nerd no tan agraciado. Desde la muerte de sus padres, Lorenzo ha criado a Daniel con devoción absoluta. Un día, agotado por la constante ambición y la frialdad de su hermano, Daniel se enfrenta a Lorenzo: —Hermano, por favor, deja de hacerle daño a la empresa de Victoria —le suplica con voz temblorosa—. Estás destruyendo todo lo que ella ha construido, y podrías terminar en la cárcel. Lorenzo, furioso, le da una cachetada a su hermano menor y, con una mirada llena de ira, le dice: —Todo esto lo hago por nosotros, Daniel. Si no puedo obtener la fortuna de los Bambi ni su empresa, prefiero dejarlos en ruinas para luego comprarla. ¡Pienso en nuestro futuro económico! —Toma aire y, con un tono más bajo, agrega—: Debes saber algo... no eres mi hermano, eres mi hijo. Naciste de una mujer pobre y yo no iba a permitir que un hijo mío viviera en la miseria. Te arrebaté de ella para cumplir mis planes. Les pedí a mis padres que te registraran como su hijo. Ahora que sabes la verdad, no te atrevas a desobedecerme ni traicionarme. Eres lo que más amo. El tiempo pasa, y finalmente los negocios turbios de Lorenzo salen a la luz. Para evitar ser arrestado, Lorenzo huye justo el día de la boda entre Victoria y Marcos. Desesperado por no perderlo todo, Lorenzo secuestra a Victoria con la intención de matarla. Daniel, al darse cuenta de los planes de su padre, lo confronta: —Papá, no la mates. No quiero que seas un asesino —le ruega con desesperación. Durante la intensa pelea, ambos forcejean por la pistola. El arma se dispara accidentalmente, hiriendo a Daniel. Al ver a su hijo ensangrentado en el suelo, Lorenzo se derrumba: —¿Qué he hecho? ¡Perdóname, hijo! Resiste, la ambulancia llegará pronto. En ese momento, la policía irrumpe en el lugar, arrestando a Lorenzo mientras el joven Daniel es trasladado al hospital. Afortunadamente, los médicos logran salvar la vida del muchacho. A partir de ese día, Lorenzo enfrenta las consecuencias de sus acciones tras las rejas, mientras Daniel, con un corazón bondadoso pero herido, busca reconstruir su vida y encontrar un propósito que no esté marcado por la sombra de la ambición desmedida de su padre.