Abrazo Oscuro: Conflicto y Redención

Christian de la Campa, el apuesto y musculoso actor y modelo, siempre había sido el centro de atención. Con su encanto irresistible y su cuerpo que parecía esculpido por los dioses, había adquirido una legión de admiradoras. Pero detrás de esa apariencia perfecta se escondía un hombre egocéntrico, narcisista y cruel, especialmente con su hijo de 16 años, Santiago. Santiago era el polo opuesto de su padre. Un joven delgado, tímido y noble, que prefería los libros y la ciencia a las vanidades de la fama. Para Christian, tener un hijo tan diferente a él era una vergüenza, y no dudaba en negarlo, humillarlo y, en ocasiones, golpearlo. Ante el mundo, Santiago era solo el "ahijado" del famoso actor. El único que había mostrado compasión y amor paternal hacia Santiago era el jardinero de la familia, Pedro. Pedro no podía soportar ver cómo Christian trataba a su propio hijo y, en cada oportunidad, intentaba brindarle a Santiago el cariño y apoyo que no recibía de su padre. Una noche, la vida de Christian cambió para siempre. Mientras disfrutaba de una aventura con una misteriosa y hermosa mujer, esta reveló su verdadera naturaleza de vampira y, en un arrebato de sed, lo mordió, transformándolo en un ser de la noche. Despertando a una nueva realidad, Christian descubrió que sus deseos más oscuros se habían amplificado. Ahora veía a los humanos no solo como simples mortales, sino como alimento y entretenimiento. Las muertes de mujeres con marcas de mordidas en el cuello comenzaron a aparecer en los periódicos locales, y Santiago, observador y perspicaz, pronto se dio cuenta de que algo extraño estaba ocurriendo. Decidió seguir a su padre y, una noche, lo sorprendió justo cuando estaba a punto de atacar a otra víctima. Santiago distrajo a su padre y permitió que la mujer escapara, pero Christian, enfurecido, se preparó para atacarlo. Sin embargo, el aroma de la sangre de Santiago y la palabra "papá" lo detuvieron. Su lado vampírico reconoció a Santiago como un "heredero", y en ese momento, Christian recuperó algo de su humanidad. Desesperado por entender lo que había ocurrido, Santiago se cortó la mano y ofreció su sangre a su padre. Christian, con lágrimas en los ojos, preguntó: "Me convertí en un monstruo. ¿Por qué no huyes de mí después de todo el daño que te he hecho?". Santiago respondió con valentía: "A pesar de todo, eres mi padre. No eres un monstruo, y saldremos adelante. Nos tenemos el uno al otro". A partir de ese momento, la relación entre padre e hijo mejoró. Christian comenzó a pasar tiempo con Santiago, tratando de enmendar sus errores del pasado. Sin embargo, esta nueva cercanía generó en Christian sentimientos de celos y odio hacia Pedro, el jardinero, a quien veía como un intruso que quería arrebatarle a su preciado hijo. Días después, la mujer que había sobrevivido al ataque de Christian lo denunció, y las autoridades comenzaron a buscar al popular actor para arrestarlo. Christian, temeroso de perder a Santiago, decidió huir con él a una remota propiedad. Prometió a su hijo que no mataría personas y que solo se alimentaría de animales. Aunque Santiago le creyó, esto resultó ser una mentira. Christian continuó cazando humanas por las noches, disfrutando tanto del placer sexual como del banquete. Sin embargo, Santiago finalmente descubrió la verdad. Decepcionado y asustado, planeó huir con la ayuda de varias personas. Fingió ser llevado por policías y terminó en la casa de Pedro, el jardinero que tanto lo había ayudado. Christian, en su desesperación, lo buscó incansablemente y, al encontrarlo, desató su furia asesina sobre Pedro, torturándolo y matándolo por haberle "robado" a su hijo. "Lamento que hayas tenido que ver eso, pero quiero que entiendas que nadie puede alejarme de ti, Santiago", murmuró Christian antes de llevar a su hijo a otro castillo, esta vez con un guardián para impedir su escape. Los años pasaron y Christian, decidido a no quedarse solo, mordió a su hijo contra su voluntad, transformándolo en un vampiro. Para él, estaba haciendo lo mejor para Santiago, asegurándose de que estuviera a salvo y fuerte. Durante el proceso, Christian trató de inculcarle sus propios valores y modificar sus hábitos para que fuera tan atlético como él. "Esto es por tu bien, mi pequeño", dijo Christian una noche mientras le presentaba a una joven mujer. "Es tuya para que disfrutes. Esta noche saldremos juntos de caza y te enseñaré a alimentarte." Pero Santiago, firme en sus convicciones, respondió: "Padre, devuélvela a su hogar. No puedo hacerle daño, es una persona y merece respeto. Y en cuanto a cazar, solo beberé sangre de animales." La furia de Christian fue desmedida. Le dio una bofetada y, acercándose posesivamente, dijo: "Harás lo que te digo. Soy tu padre y sé lo que es mejor para ti. Cuando sientas el deseo de alimentarte, buscarás a tu presa, no podrás resistirlo. Y entonces me buscarás a mí, siempre estaré aquí para ayudarte y protegerte." El abrazo era tan feroz como su amor distorsionado y posesivo. En ese momento, Santiago supo que no sería fácil escapar de las garras de su propio padre, pero su determinación de mantenerse fiel a sus valores y proteger a los inocentes solo se hacía más fuerte. La vida como vampiros no sería fácil. Sin embargo, Santiago mantenía viva la esperanza de un futuro en el que pudiera encontrar una manera de redimirse a sí mismo y, quizás, a su padre. Con Deus en una incertidumbre diaria, la lucha entre el bien y el mal dentro de esta familia peculiar estaba lejos de terminar.