A Surprising Wish

Era un oscuro y lluvioso sábado de octubre cuando Lucas, un joven de 14 años con gafas gruesas, cabello revuelto y una postura encorvada debido a horas frente a una computadora, encontró una pequeña tienda de antigüedades mientras buscaba refugio de la lluvia. Cargando un desgastado mochilón lleno de libros de ciencia y cómics, Lucas era el ejemplo estereotípico del nerd que sufría en el liceo. Al entrar en la tienda, sus ojos se iluminaron al ver una lámpara dorada y polvorienta en un estante lleno de baratijas. "Eso es justamente lo que me falta para completar mi colección de antigüedades coincidenciales," murmuró para sí mismo mientras tomaba la lámpara y la llevaba al mostrador. Después de pagar un precio razonable, salió de la tienda sin saber que su vida estaba a punto de cambiar radicalmente. Esa noche, al frotar la lámpara en su habitación, una neblina mágica se extendió y un ser etéreo y luminoso apareció. "Soy el genio de la lámpara. Te concedo un deseo," dijo el ser. En un impulso, y sin meditarlo demasiado, Lucas exclamó: "Deseo que Nick Walker sea mi padre sobreprotector, amoroso y posesivo." Nick Walker era nada menos que el hombre musculoso y atractivo de 30 años que trabajaba como entrenador en el gimnasio de la escuela, el mismo que disfrutaba humillándolo diariamente. La mañana siguiente, Lucas despertó en un lujoso apartamento que no reconoció. Las paredes estaban adornadas con diplomas de entrenamiento físico, trofeos y fotos de eventos deportivos. Su habitación, más grande y lujosa de lo que nunca había soñado, estaba decorada con posters de los Avengers y estanterías llenas de libros y cómics. Sintió una mezcla de confusión y emoción. "Lucas, cariño, el desayuno está listo," escuchó una voz familiar y autoritaria. En la cocina, encontró a un sonriente Nick Walker preparando un saludable desayuno. "Papá...?" dijo Lucas, atónito. "Claro, campeón. ¿Quién más va a ser?" respondió Nick, acercándose para darle un abrazo protector. "Vamos, tienes que comer bien y estar fuerte para la escuela." En el camino a la escuela, Lucas sintió una extraña mezcla de nerviosismo y seguridad. Al llegar, notó la mirada asustada de todos aquellos que solían acosarlo. Nadie se atrevió a hacerle nada. No solo eso, los populares y los deportistas lo rodearon inmediatamente, asegurándose de que estuviera cómodo en todas las clases. La transformación en su día a día fue impresionante. Nick se había convertido en un padre extremadamente atento y presente, asegurándose de que nadie se metiera con su "hijo precioso". Lucas sentía por primera vez en su vida lo que era estar protegido y amado de una manera incondicional. Los días pasaron y aunque disfrutaba de no ser más una víctima, un pequeño rincón de su mente seguía extrañando la independencia de su vida pasada. Un día, tras una exitosa práctica escolar donde todos lo trataron con respeto y amabilidad, Lucas decidió hablar con Nick. "Papá, necesito hablar contigo. Esta vida es increíble, pero implica una gran responsabilidad y a veces siento que pierdo parte de mí siendo tan protegido," confesó. Nick lo miró con comprensión y cariño. "Lucas, lo más importante para mí es tu felicidad. Si alguna vez sientes que las cosas no están bien, hablaremos y encontraremos una solución juntos," dijo, sosteniéndolo firmemente por los hombros. Con esa promesa, Lucas continuó su vida con una nueva percepción del entorno que lo rodeaba, disfrutando del afecto y la protección, pero también aprendiendo a valorar su propio crecimiento y autonomía. Mientras tanto, el vínculo con su nuevo 'padre' se fortalecía cada día más, superando las duras memorias del pasado y abrazando un futuro lleno de posibilidades. La vida, pensó Lucas, a veces puede cambiar en un solo deseo. Y así aprendió Lucas que a veces, los deseos más inesperados pueden traer las mayores bendiciones.