A Last Beat: Nick Walker's Transformation

Había una vez un joven llamado David, de 16 años, cuya vida escolar era un tormento diario. En la preparatoria, David era frecuentemente objeto de bullying por parte de su propio padre, Nick Walker, quien además era el entrenador de gimnasio. A sus 30 años, Nick era el epítome del atractivo masculino: musculoso, egocéntrico y profundamente narcisista. Sin embargo, algo oscuro se escondía bajo su apariencia perfecta. Como padre, Nick nunca había sentido amor por David, a quien despreciaba por considerarlo un perdedor y una vergüenza, débil tanto física como emocionalmente, a pesar de que llevaba su propia sangre. Además del acoso de Nick, David también sufría por los constantes abusos de los jugadores de fútbol americano, quienes seguían el ejemplo de su entrenador sin cuestionarlo. David soportaba estoico, aunque su corazón sufría, tanto física como emocionalmente, algo que Nick desconocía. Un día, en medio de su desprecio, Nick descubrió que David estaba enamorado de una compañera de clase llamada Emily. Emily, una chica de 17 años, era hermosa y popular, y Nick vio en ella una oportunidad para atormentar aún más a su hijo. Emily tenía un interés en Nick, y no dudó en aceptar su trato: ella debería coquetear y jugar con los sentimientos de David durante tres meses, y a cambio, Nick accedería a tener una relación con ella. Emily, convencida por la idea, comenzó a acercarse a David. Para David, aquellos tres meses fueron un rayo de luz en una vida plagada de sombras. Empezó a creer que tal vez, solo tal vez, la vida le estaba brindando una oportunidad de ser feliz. Sin embargo, todo se derrumbó una tarde fatídica. David llegó a casa antes de lo habitual y escuchó ruidos provenientes de la habitación de su padre. Intrigado y con el corazón palpitante, abrió la puerta y encontró a Nick y Emily en un encuentro íntimo. El rostro de David palideció al comprender la traición. Con una frialdad devastadora, Nick le dijo: "¿De verdad creíste que alguien como ella estaría con un perdedor como tú?" Esas palabras fueron la estocada final para David. El dolor en su pecho se intensificó hasta hacerse insoportable. Cayó al suelo, víctima de un infarto. Nick, inicialmente creyendo que era otra muestra de debilidad, pronto se dio cuenta de la gravedad de la situación y llevó a su hijo al hospital. En el hospital, los médicos le informaron a Nick que David debía ser trasladado a cuidados intensivos; su corazón estaba muy debilitado. Por primera vez en su vida, Nick sintió un golpe de culpa y remordimiento. Entró a la habitación donde David yacía conectado a las máquinas, luchando por su vida. Al ver a su hijo tan frágil y vulnerable, Nick se derrumbó emocionalmente. David, con una voz apenas audible, miró a su padre y dijo: "Sé que moriré muy pronto y acepto mi destino. Tú me hiciste mucho daño, pero no quiero irme sintiendo odio. Te perdono, Nick Walker." Aquellas palabras penetraron en lo más profundo del corazón de Nick. Al instante, David exhaló su último suspiro y su cuerpo quedó inerte. Nick rompió en llanto, abrazando el cuerpo sin vida de su hijo mientras gritaba de dolor. En ese momento, el karma le cobró a Nick todo el daño que había hecho a lo largo de su vida, arrebatándole lo único verdaderamente valioso que tenía. La noticia del trato y la muerte de David corrió rápidamente en la preparatoria, y Nick fue despedido de inmediato. Nadie volvió a contratarlo; su reputación había quedado destruida. La culpa y el remordimiento lo consumían, y la soledad se convirtió en su única compañera. Con el tiempo, la mente de Nick se desmoronó. En su desvarío, imaginó que David aún estaba vivo, y juntos realizaban actividades de padre e hijo. Era la única forma en que su mente quebrada podía soportar el inmenso vacío que había dejado la ausencia de David. Y así, Nick quedó atrapado en un ciclo interminable de dolor y culpa, un castigo eterno por el sufrimiento que había causado al único ser que realmente debería haber amado.