Era un dĂa soleado en Lima y el estudio del popular programa humorĂstico "El wasap de JB" estaba lleno de risas y energĂa. Era el momento de grabar un nuevo sketch de casting y todos los integrantes del equipo estaban listos con sus disfraces extravagantes.
Jorge Benavides, conocido como JB, caminaba de un lado a otro organizando los Ăşltimos detalles.
—¡Vamos, chicos! ¡Queremos que este sketch sea el más divertido de todos! —decĂa, con su caracterĂstico entusiasmo.
MartĂn Farfán entrĂł al escenario disfrazado de superhĂ©roe, con una capa que casi lo arrastraba.
—¡Hombre, JB! ¡Este disfraz está más apretado que mi billetera un dĂa antes de la quincena! —bromeĂł, causando una ola de risas.
Fue entonces cuando entró Gabriela Serpa, vestida nada más y nada menos que de bebé. Llevaba un mameluco rosa, un gorrito con orejitas de conejo y un chupón gigante colgando de su cuello. Pero lo que más llamaba la atención era el pañal XXL que llevaba puesto. No pudieron evitar mirarla asombrados.
—¡Gabriela, que ternura! ÂżCĂłmo lograste ponerte ese pañal? ¡Debe haber sido una obra de ingenierĂa! —dijo Carlos VĂlchez, con su sonrisa burlona.
Gabriela, con el humor que la caracterizaba, respondiĂł:
—¡Con mucho cariño y algo de magia, Carlitos!
—¡No puedo creer que realmente te pusiste el pañal! —exclamó la Pánfila, quien estaba disfrazada de princesa—. ¿Estás segura de que eso es cómodo?
—No sé si cómodo sea la palabra adecuada, pero estoy lista para lo que se venga —respondió Gabriela, riéndose.
JB decidió iniciar el casting con una serie de pruebas para los “personajes”.
—Para empezar, demuéstrennos cómo gatean sus personajes. ¡Vamos a ver esas rodillas en acción!
MartĂn se tirĂł al suelo y comenzĂł a gatear como si fuera un superhĂ©roe en misiĂłn secreta. Sus movimientos eran torpes y exagerados, sacando carcajadas del pĂşblico presente. Gabriela, por su parte, gateaba como una bebĂ©, aunque con algunas dificultades debido a su disfraz y sus curvas.
—¡Vamos, Gabriela! ¡Pareces más una modelo en pasarela que un bebĂ©! —gritĂł VĂlchez desde el otro lado del escenario.
Luego llegĂł el momento de la prueba del biberĂłn. JB les entregĂł biberones gigantes llenos de chocolate.
—¡Quiero ver quién puede beberse esto más rápido! —anunció JB con su tono festivo.
Todos empezaron a sorber ruidosamente, salpicándose chocolate en sus disfraces. Gabriela imitaba a un bebĂ© con gran humor, tambaleándose y haciendo ruidos tiernos mientras bebĂa.
De repente, un olor extraño empezó a inundar el set. Uno a uno, los miembros del elenco comenzaron a fruncir el ceño y a olfatear el aire.
—Oye, ¿qué es ese olor? —preguntó con curiosidad la Pánfila, cubriéndose la nariz con una mano.
—¡SĂ, huele como si algo se hubiera muerto aquĂ! —agregĂł MartĂn.
—¿Será que alguien trajo huevos podridos? —sugiriĂł VĂlchez, inspeccionando su biberĂłn de chocolate.
Gabriela, que habĂa estado intentando disimular, se sonrojĂł al darse cuenta de que todos la miraban.
—Gabriela, ¿tienes algo que contarnos? —preguntó JB con una ceja levantada y una sonrisa picarona.
Gabriela, ruborizada, finalmente soltĂł una risita nerviosa.
—Bueno… digamos que me metà tanto en el personaje que... me tomé en serio lo de ser un bebé —confesó mientras se tapaba la cara con ambas manos.
El equipo estallĂł en carcajadas.
—¡Eso sĂ que es compromiso actoral! —exclamĂł VĂlchez—. Es un mĂ©todo de actuar que no se habĂa visto desde Marlon Brando.
—¡Espero que tengan un cambiador de pañales para adultos en el camerino! —añadió la Pánfila entre risas.
MartĂn, siempre el bromista, fingiĂł llamar a una enfermera imaginaria.
—¡Enfermera! ¡Necesitamos un cambio urgente en el estudio!
El equipo siguió con sus bromas mientras Gabriela trataba de mantener la compostura, participando también en las risas. JB, disfrutando del momento, se acercó y puso una mano en el hombro de Gabriela.
—Gabriela, ¡tú siempre sabes cómo robarte el show! —dijo—. ¡Vamos, todos continuemos y hagamos de este el sketch más memorable!
Y asĂ, con risas y bromas a flor de piel, el equipo de "El wasap de JB" continuĂł su divertidĂsimo dĂa de grabaciones, demostrando que en la comedia, hasta los momentos más "olorosos" pueden ser material de oro humorĂstico.
This story was generated by user stephano49 with assistance by one of OpenAI’s large-scale language-generation model; prompts used to help generate the story are shown below.
Images were generated with OpenAI's AI system, DALL·E 2, or uploaded by the user.
Prompt: Escribe, una historia sobre el programa comico peruano "El wasap de JB", donde estaban hacuendo un sketch de casting, donde cada integrante esta disfrazado de un personaje, y en donde Gabriela Serpa se disfrazo de una bebe, y sus amigos se preguntaron de como cabia el pañal en su gran trasero, en el casting le hicieron hacer cosas de una bebe (tu crea las cosas de bebes), y en un momento sus comoañeros olieron un olor desagradable y se preguntaron de donde venia, y se dieron cuenta que venia de gabriela, y ella estaba sonrojada, y sus compañeros hicieron comentarios burlescos. Que la historia tenga dialogos y que sea larga.
Response: Era un dĂa soleado en Lima y el estudio del popular programa humorĂstico "El wasap de JB" estaba lleno de risas y energĂa. Era el momento de grabar un nuevo sketch de casting y todos los integrantes del equipo estaban listos con sus disfraces extravagantes. Jorge Benavides, conocido como JB, caminaba de un lado a otro organizando los Ăşltimos detalles. —¡Vamos, chicos! ¡Queremos que este sketch sea el más divertido de todos! —decĂa, con su caracterĂstico entusiasmo. MartĂn Farfán entrĂł al escenario disfrazado de superhĂ©roe, con una capa que casi lo arrastraba. —¡Hombre, JB! ¡Este disfraz está más apretado que mi billetera un dĂa antes de la quincena! —bromeĂł, causando una ola de risas. Fue entonces cuando entrĂł Gabriela Serpa, vestida nada más y nada menos que de bebĂ©. Llevaba un mameluco rosa, un gorrito con orejitas de conejo y un chupĂłn gigante colgando de su cuello. Pero lo que más llamaba la atenciĂłn era el pañal XXL que llevaba puesto. No pudieron evitar mirarla asombrados. —¡Gabriela, que ternura! ÂżCĂłmo lograste ponerte ese pañal? ¡Debe haber sido una obra de ingenierĂa! —dijo Carlos VĂlchez, con su sonrisa burlona. Gabriela, con el humor que la caracterizaba, respondiĂł: —¡Con mucho cariño y algo de magia, Carlitos! —¡No puedo creer que realmente te pusiste el pañal! —exclamĂł la Pánfila, quien estaba disfrazada de princesa—. ÂżEstás segura de que eso es cĂłmodo? —No sĂ© si cĂłmodo sea la palabra adecuada, pero estoy lista para lo que se venga —respondiĂł Gabriela, riĂ©ndose. JB decidiĂł iniciar el casting con una serie de pruebas para los “personajes”. —Para empezar, demuĂ©strennos cĂłmo gatean sus personajes. ¡Vamos a ver esas rodillas en acciĂłn! MartĂn se tirĂł al suelo y comenzĂł a gatear como si fuera un superhĂ©roe en misiĂłn secreta. Sus movimientos eran torpes y exagerados, sacando carcajadas del pĂşblico presente. Gabriela, por su parte, gateaba como una bebĂ©, aunque con algunas dificultades debido a su disfraz y sus curvas. —¡Vamos, Gabriela! ¡Pareces más una modelo en pasarela que un bebĂ©! —gritĂł VĂlchez desde el otro lado del escenario. Luego llegĂł el momento de la prueba del biberĂłn. JB les entregĂł biberones gigantes llenos de chocolate. —¡Quiero ver quiĂ©n puede beberse esto más rápido! —anunciĂł JB con su tono festivo. Todos empezaron a sorber ruidosamente, salpicándose chocolate en sus disfraces. Gabriela imitaba a un bebĂ© con gran humor, tambaleándose y haciendo ruidos tiernos mientras bebĂa. De repente, un olor extraño empezĂł a inundar el set. Uno a uno, los miembros del elenco comenzaron a fruncir el ceño y a olfatear el aire. —Oye, ÂżquĂ© es ese olor? —preguntĂł con curiosidad la Pánfila, cubriĂ©ndose la nariz con una mano. —¡SĂ, huele como si algo se hubiera muerto aquĂ! —agregĂł MartĂn. —¿Será que alguien trajo huevos podridos? —sugiriĂł VĂlchez, inspeccionando su biberĂłn de chocolate. Gabriela, que habĂa estado intentando disimular, se sonrojĂł al darse cuenta de que todos la miraban. —Gabriela, Âżtienes algo que contarnos? —preguntĂł JB con una ceja levantada y una sonrisa picarona. Gabriela, ruborizada, finalmente soltĂł una risita nerviosa. —Bueno… digamos que me metĂ tanto en el personaje que... me tomĂ© en serio lo de ser un bebĂ© —confesĂł mientras se tapaba la cara con ambas manos. El equipo estallĂł en carcajadas. —¡Eso sĂ que es compromiso actoral! —exclamĂł VĂlchez—. Es un mĂ©todo de actuar que no se habĂa visto desde Marlon Brando. —¡Espero que tengan un cambiador de pañales para adultos en el camerino! —añadiĂł la Pánfila entre risas. MartĂn, siempre el bromista, fingiĂł llamar a una enfermera imaginaria. —¡Enfermera! ¡Necesitamos un cambio urgente en el estudio! El equipo siguiĂł con sus bromas mientras Gabriela trataba de mantener la compostura, participando tambiĂ©n en las risas. JB, disfrutando del momento, se acercĂł y puso una mano en el hombro de Gabriela. —Gabriela, ¡tĂş siempre sabes cĂłmo robarte el show! —dijo—. ¡Vamos, todos continuemos y hagamos de este el sketch más memorable! Y asĂ, con risas y bromas a flor de piel, el equipo de "El wasap de JB" continuĂł su divertidĂsimo dĂa de grabaciones, demostrando que en la comedia, hasta los momentos más "olorosos" pueden ser material de oro humorĂstico.
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